lunes, 19 de mayo de 2008

Obras Literarias que leer VI (biografias)

Os dejo link a un nuevo sitio sobre recomendaciones de lectura.


No ficción:
Biografías.
De grandes personajes:
- Martín Luther King
- Franklin Delano Roosevelt
- Emiliano Zapata
- Miguel Grau
- John Kennedy
- Galileo Galilei
- George Washington
- Manuel Baquedano González
- Benito Juárez
- Juan Pablo II
- Enrique VIII
- Alejandro Magno
- Napoleón Bonaparte
- Charles de Gaulle
- Winston Churchill
- Federico Chopin
- W. Amadeus Mozart
- Santiago Bueras Avaria
- Juan XXIII
- Francisco Pizarro
- Lord Thomas Cochrane
- Ludwig Van Beethoven
- Hernán Cortés
- Cristóbal Colón
- Luis Pasteur
- Simón Bolivar
- José de San Martín
- Mahatma Gandhi
- Gengis Kan
- Mateo de Toro , Zambrano
- Bernardo O. Higgins Riquelme
- Marco Polo
- Benjamín Vicuña Mackenna
- Diego Portales Palazuelos
- Carlos Condell
- Julio César
- Pancho Villa
- Giuseppe Verdi

Biografías recomendadas:
1.- LA VIDA DE CRISTO.
2.- LA VIDA DE HITLER.
3.- LA VIDA DE POFIRIO DÍAZ.
4.- LA VIDA DE VINCENT VAN GOGH.
5.- La recopilación de biografías de EMIIL LUDWIG:
BIOGRAFIAS TOMOS I II Y V
TOMO I
CLEOPATRA
GOETHE
GENIO Y CARACTER
MAQUIAVELO
FEDERICO EL GRANDE
STANLEY
PETERS
RHODES
LENIN
WILSON
RATHENAU
LEONARDO
WEBER
BALZAC
HERMAN BANG
DEHMEL
GERHARD HAUPTMANN
RETRATO DE UN OFICIAL
EDITORIAL JUVENTUD 1966

TOMO II
RESTAURADO
HEINDENBURG
SCHLIEMAN
TRES TITANES
MIGUEL ANGEL
REMBRANT
BEETHOVEN
LINCOLN
EDITORIAL JUVENTUD 1955

TOMO V
BISMARCK
EL KAISER GUILERMO II
LA ROMANTICA VIDA DEL DUQUE DE WINDSORD
EDITORIAL JUVENTUD 1964

Y para los más perezosos que no salen de la web:
http://buscabiografias.com/
http://www.biografiasyvidas.com/
http://www.cidob.org/es/documentacion/biografias_lideres_politicos
http://www.saber.golwen.com.ar/biografias.htm
http://www.aldeaeducativa.com/aldea/buscador9.asp

domingo, 18 de mayo de 2008

Ilusiones ópticas

Zoetrope, o la persistencia de la visión.
Objeto cilíndrico con ranuras verticales.
Construye tu propio zoetrope.

Imagenes percibidas.
Figuras imposibles.
Grandes y variados efectos ópticos a lo largo de la historia.


Y acabemos con el famoso dragon mágico.

Link a pdf.

sábado, 17 de mayo de 2008

Momentos de desconexión I

Para esos momentos en los que estamos hasta las narices de muchos asuntos lo mejor es relajarse, desconectar y pasar a dedicarnos unos minutos a nosotros mismos. Os dejo unos audiovisuales cachondos para inaugurar sección.
Jugar con la mascota.

O bailar con la mascota.

viernes, 16 de mayo de 2008

Diseño III

Una página ideal con montón de enlaces sobre tod clase de recursos.
Tutoriales de Adobe según tu profesión
Exposición de logos
Exposición de ilustraciones
Parte I
Parte II
Un nuevo directorio de fuentes gratuitas.
Programa online de creacion de tipografias.

jueves, 15 de mayo de 2008

Cultura II (dichos populares)

Los dichos populares más famosos:

UN CLAVO SACA A OTRO CLAVO:
Esta locución quiere expresar que una pena se olvida con otra, especialmente en el terreno amoroso. La frase ya aparece en las “Tusculanas”, de Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.) al hablar de las penas provocadas por el mal de amor: "Novo amore, veteram amorem, tamquam clavo clavum, eficiendum putant" ('el nuevo amor saca al viejo amor, como un clavo a otro”). En el sur de España, particularmente en Andalucía, la locución que citamos es análoga a otra que es muy utilizada en el léxico popular en lo que concierne a los desamores : “La mancha de la mora con otra verde se quita”.

UN OJO DE LA CARA:
La primera persona que la utilizó, el conquistador Diego de Almagro, perdió un ojo en el asedio a una fortaleza inca. Al presentarse ante Carlos I se lamentó que "El negocio de defender los intereses de la corona le había costado un ojo de la cara". Tanto insistió en este hecho que pronto esta frase se difundió entre los soldados en referencia a algo peligroso o complejo, llegando así hasta nuestros días.

VER EL CIELO ABIERTO:
Esta locución se suele utilizar cuando se produce el fin de una situación de desgracia o se encuentra la solución a un problema. Probablemente proviene de un pasaje de los “Hechos de los Apóstoles” (VI y VII), en el que se narra el martirio por lapidación de San Esteban. Se cuenta que mientras los agresores recogían del suelo las piedras para lapidarlo, el santo elevó los ojos y vio “los cielos abiertos”, como esperando su acogida en el Paraiso. Otra versión alude al alivio del agricultor cuando ve que el cielo abre (desaparecen las nubes) después de una abundante lluvia

VER LOS TOROS DESDE LA BARRERA:
Esta frase está tomada del mundo de los toros y significa metafóricamente ‘hallarse frente a una situación difícil y optar por no intervenir en ella con el objeto de opinar o de prestar ayuda’. El origen de esta expresión alude a la barrera, que es la primera fila de asientos en la que se acomoda el público en la plaza de toros. Los espectadores que están situados en esta zona privilegiada tienen una magnífica visión, pero no corren peligro de que el toro llegue hasta ellos, aunque en alguna ocasión muy puntual, al saltar el toro sobre esa zona, haya sucedido lo contrario con el consiguiente riesgo para los espectadores situados en tan privilegiada posición.

VÉRSELAS NEGRAS:
El origen histórico de esta locución se remonta a la antigua Grecia y, en concreto, al procedimiento por el que los ciudadanos llegaban a ocupar cargos públicos. Estos se otorgaban confiando en el azar, mediante el sistema de extracción de "sortes" (bolas o pedacitos de madera marcados, que por otra parte, dieron origen a la palabra "sorteo") por los que se creía que se expresaba el oráculo. En este sistema, las bolas blancas simbolizaban la suerte venturosa y las negras, la suerte adversa. Esta interpretación mágica de las suertes se ha mantenido a través del tiempo y de él proviene la expresión "vérselas negras”, derivada a su vez de “tocarle a uno la negra”, expresión también muy utilizada en España y que, en el lenguaje coloquial, señala el infortunio de una persona en cualquier relación determinada por el azar.

VÉRSELE EL PLUMERO:
El origen de la expresión “vérsele el plumero” proviene, según antiguas fuentes, de una fábula de Esopo , la titulada “La corneja y los pájaros” y que se cuenta así : 'Un día Dios decidió elegir al pájaro más bello. Una corneja, sabiéndose poco agraciada, comenzó a recoger las plumas de colores que encontraba caídas, para con ellas hacerse un copete. Una vez presentada al concurso la corneja tenía un aspecto estupendo y a punto estuvo de ganar, pero... se le vio el plumero'. .- José María Iribaren, en su obra “El porqué de los dichos”, alude, en cambio, con respecto al origen de esta expresión, al penacho de plumas de mas de un palmo de altura que coronaba el morrión de los voluntarios de la Milicia Nacional española en 1820 y estaba referida a los que querían dárselas de liberales sin serlo. Don Práxedes Mateo Sagasta fue caracterizado así en una caricatura de un periódico de la época, tocado con el citado morrión y la siguiente leyenda : -¡ Don Práxedes! ¡ Qué se le ve el plumero!

VÍSTEME DESPACIO, QUE TENGO PRISA:
Esta locución tan popular ha sido atribuía a diferentes protagonistas de la Historia. Desde Carlos III a Fernando VII, pasando por Napoleón Bonaparte, una gran mayoría de los detentadores del poder político parece haber pronunciado alguna vez esta frase que, por otra parte, no es una genialidad y sí un hecho que muchos de los protagonistas de importantes acontecimientos históricos pudieron haberla utilizado en algún momento de su vida. La menos increíble de las versiones que circulan sostiene que fue el emperador Augusto (que cronológicamente, precede a los demás) quien solía exhortar a sus servidores diciéndoles "Apresúrate lentamente". Con el tiempo, la locución habría sufrido variantes, pero manteniendo siempre la vigencia con la que llegó a nuestros días y a través de la cual se aconseja a otra persona a que actúe con calma y tranquilidad en el momento más delicado de una situación, debido a que cuando se procede apresuradamente, lejos de abreviar problemas, esa premura suele entorpecer y malograr los mejores propósitos.

VIVA LA PEPA:
Con el paso del tiempo esta expresión popular ha cambiado de significado. Actualmente se le ha dado un sentido de desenfado y jolgorio y se aplica a quienes tienen un carácter despreocupado. Sin embargo, hasta hace relativamente poco tiempo, la expresión “¡Viva la Pepa!” era un grito subversivo empleado durante muchos periodos políticos. La frase venía a sustituir a esta otra: “¡Viva la Constitución de Cádiz!”. Ésta era conocida cariñosamente como la Pepa, porque fue jurada y promulgada el día de San José, el 19 de marzo de 1812. Dos años más tarde, el rey Fernando VII, tras su regreso a España, abolió la Constitución de Cádiz y se prohibieron los gritos a su favor. Es por ello por lo que los españoles que se oponían al absolutismo se referían a ella en clave gritando: “¡Viva la Pepa!”.

VIVIR DEL CUENTO:
Esta frase hecha significa vivir sin trabajar, vivir de la fama alcanzada, así como llevar una vida absolutamente confortable y ociosa, aunque también tiene el sentido de vivir parasitariamente, a costa de otra u otras personas. Su origen pudiera considerarse como crítica a los escritores que viven del éxito de sus obras y que a los ojos del resto de los ciudadanos no realizan un gran trabajo diario. Sería, pues, una crítica al trabajo intelectual, frente al trabajo manual que ha sido tradicionalmente más valorado por la sociedad.

ZAPATERO A TUS ZAPATOS:
El dicho se atribuye a Apeles, el célebre pintor griego. El artista acababa de terminar el retrato de un noble y lo expuso. Estaba ansioso por oír los comentarios de sus conciudadanos. Para escucharlos sin ser visto, se escondió detrás de un cortinado. Muchos fueron elogiosos, salvo los de un zapatero que criticó desfavorablemente la forma de los zapatos. Apeles reconoció que las críticas eran justas y corrigió el cuadro. Al día siguiente, el hombre volvió y, al comprobar que sus observaciones habían sido tenidas en cuenta, opinó sobre otros aspectos de la obra. Apeles, que nuevamente estaba escondido, apareció enojado y le dijo:"¡Zapatero, a tus zapatos!"; no estaba dispuesto a aceptar todas las críticas; una, que consideraba correcta, sí, pero eso no le daba al zapatero autoridad para seguir opinando sobre otros aspectos.

¡ABRETE, SÉSAMO!:
Esta locución suele utilizarse en sentido exclamativo, a modo de conjuro verbal ante una determinada acción que debe revelar un secreto oculto. Tiene un sentido mágico y procede del célebre cuento de “Alí Babá y los cuarenta ladrones” del legendario libro oriental de “Las mil y una noches”, de autor anónimo. “¡Abrete, Sésamo!” era la fórmula mágica que abría la puerta de la gruta en la que los ladrones eocultaban los tesoros objetos de sus robos.

TENER MÁS CUENTO QUE CALLEJA:
De las personas cuya imaginación les lleva a fantasear la realidad de forma intencionada o no, suele decirse que “tienen más cuento que Calleja”. El origen de esta expresión alude a la figura de Don Saturnino Calleja y Fernández (1855-1915), fundador de la mítica Editorial que llevaba su primer apellido . A la temprana edad de 20 años, este burgalés afincado en Madrid fundó en la capital de España su célebre editorial, que se distinguió por la publicación de gran cantidad de libros de carácter pedagógico y recreativo. Calleja y Fernández fue conocido, sobre todo, por su ingente producción de cuentos infantiles. Entre los más conocidos figuran: “Las tres preguntas”, “Testigos con alas”, “El tesoro del Rey de Egipto”, “El anillo de Ginés” y “Chin-Pirri-Pi-Chin”.

TENER MUCHOS HUMOS O SUBIRSE LOS HUMOS A LA CABEZA:
Entre los romanos existía la costumbre de adornar el atrio de las viviendas con los bustos y retratos de toda su ascendencia, con el objeto de demostrar la extensión y la ranciedad de su linaje. Por efecto del humo y del paso del tiempo, los objetos decorativos iban adquiriendo una coloración oscura de la que los habitantes de la casa solían ufanarse, ya que cuanto más intensa era esa pátina de ranciedad, más crecía la respetabilidad de la familia, en base a la memoria de sus ancestros. Ese es el origen de la expresión “tener muchos humos” que hoy aplicamos análogamente para manifestar la fea actitud de quien actúa con engreimiento y presunción inmoderados. Derivada de la misma locución es la de “subirse los humos a la cabeza” y en el mismo sentido de arrogancia por el estatus económico o social adquirido por una familia o persona.

TENER NARICES:
La expresión “tener narices” tiene el sentido de indicar la valentía de una persona capaz de cometer, sin ningún titubeo, las empresas más arriesgadas. El origen de este modismo pudiera residir en el hecho de que cuando una persona toma la decisión de realizar un acto que supone una firme determinación, levanta la cabeza, con lo que la el organo olfativo queda en posición más prominente, de tal manera que se identifica la palabra “narices”, en compañía del verbo “tener”, con la voluntad de acometer una acción que entraña ciertos riesgos. Cuando la misma expresión de “tener narices” se utiliza en términos exclamativos y en tercera persona, denota asombro y sorpresa ante una acción determinada.

TENER PICARDÍA:
Se dice en el sentido de tener astucia y malicia y también actuar con engaños y burlas para obtener algún logro. Los eruditos señalan el verbo “picar” como origen del término “pícaro”, tan extendido en España durante los siglos XVI al XVIII. Término que adquiere singular relevancia en nuestra literatura de esas épocas con “Lazarillo de Tormes”, “Guzmán de Alfarache y el “Buscón”. De los protagonistas, pícaros, de tales obras literarias se decía que eran “pícaros de cocina”, por su aficción al acercamiento y disfrute de los fogones ajenos. “Tener picardía”, pues, deriva de la actuación astuta, trafullera y engañosa, de tales sujetos, y nada tiene que ver con el nombre de la región francesa del mismo nombre, la Picardía.

TENER VISTA DE LINCE:
A pesar de lo que pueda suponerse, esta expresión no alude a tan elegantes felinos, que están dotados de unas facultades ópticas notablemente desarrolladas. En realidad, la locución hace referencia a un personaje legendario llamado Linceo. Linceo era el hijo de Alfareo, rey de los mesenios. De él se decía que cuando estaba en su atalaya de Libia, era capaz de divisar cualquier flota de guerra que partiese de Cartago. Pero sus hazañas iban todavía más allá. Cuentan que era capaz de traspasar con la mirada todo tipo de objetos opacos.

TIRAR LA CASA POR LA VENTANA:
En el siglo 19, cuando alguien ganaba la Lotería Nacional de España se estilaba a que los amigos y familiares del afortunado fueran a su casa y, literalmente, arrojaran todas sus posesiones por la ventana. Esto en señal de la nueva vida de dicha persona.

TIRAR LOS TEJOS:
Se suele utilizar la frase “tirar los tejos” referida a la persona que se insinúa a otra intentando llamar su atención de alguna manera especial. El origen de esta expresión se remonta a los tiempos en los que se puso de moda un juego que consistía en el lanzamiento de un tejo con el objetivo de derribar un trozo o taco de madera colocado a cierta distancia. Alrededor de este espectáculo se reunían bastantes curiosos y los jugadores que no eran capaces de insinuarse directamente a la persona que les había llamado la atención, lanzaban el tejo a sus pies como manifiesto signo de interés.

TODO ES SEGÚN EL COLOR:
Esta popular locución suele emplearse en el idioma castellano para poner de manifiesto la relatividad de las contingencias de la vida. El origen de esta frase proverbial nace de la expresividad de un verso truncado extraído de un poema del poeta asturiano Ramón de Campoamor: "Al fin y al cabo, la de siempre. Todo es según el color del cristal con que se mira". En el léxico popular se acentúa con la expresión, más común, de que “nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.

TOMAR POR EL PITO DEL SERENO:
Los que son bastante mayores aun recordarán, como si fuera nuestra prehistoria, la figura del sereno, personaje castizo en otro tiempo en los grandes pueblos y ciudades de España. Los serenos eran unos vigilantes nocturnos que ejercían en algunas ciudades españolas (desde el 1777 en Valencia y desde el 1797 en Madrid) hasta fechas no demasiado antiguas del pasado siglo. Sus tareas eran diversas: vocear las horas en punto y el tiempo meteorológico, abrir las puertas de los inmuebles a los vecinos que regresaban a su domicilio durante la alta noche y la madrugada y mantener el orden. Comoquiera que el estado de nuestro cielo era por lo general sereno (claro, sosegado, sin nubes, estrellado...) era éste el grito más común del vigilante, por lo que pasó a denominar su oficio. Con palmadas y al grito de “¡sereno!” (al que el sereno solía responder “¡ya va!” era como los vecinos requerían sus servicios. También era el encargado de mantener el orden y avisar a los bomberos en caso de incendio o a la policía en caso de robo u otros altercados. Para ello contaban con un pito o silbato. Muchos serenos eran tan estrictos con su cometido que no permitían voces o algarabías en la calle, y hacían sonar el pito con el menor motivo. De modo que los pitos de los serenos se podían oír demasiado frecuentemente durante toda la noche, y los policías no acudían a sus llamadas. Como la policía no acudía, los vecinos dejaron de hacerle caso. Y como no servía para nada hacerlo sonar, dejaron de utilizarlo. Los serenos estaban armados con un chuzo o vara coronada por una punta de clavo (a guisa de lanza) y que hacían repicar contra las rejas para disuadir a los alborotadores. De esta herramienta nos ha quedado una gráfica frase, “llover chuzos de punta”, con la que se describe una copiosa lluvia.

TONTO DE CAPIROTE:
Es una expresión burlesca referida a la persona muy necia e incapaz. Gonzalo Correas, en su “Vocabulario de refranes”, incluye la expresión “bobo de capirote”, alegando que los bobos de esta clase son llamados así porque es común ponerles un capirote por burla o escarnio. El capirote es un cucurucho de cartón cubierto de tela que llevaban en la cabeza los disciplinantes en las procesiones de cuaresma y continúan llevando actualmente los nazarenos que participan en las procesiones de Semana Santa. Miguel de Unamuno, en un artículo publicado en 1923, decía que tonto de capirote "es el que con un capirote o bonete puntiagudo hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial". Covarrubias señala que la palabra capirote no se refiere sólo al que llevaban los disciplinantes y se pone a los bobos, sino que es una cobertura de la cabeza de muy diferentes tipos, y utilizada con frecuencia por los médicos, los colegiales y universitarios (referido al birrete). Así pues, tonto de capirote es tanto como decir tonto graduado y que puede llevar el distintivo o capirote de doctor. Con el nombre de capirote se designa también al que suele ponérsele en la cabeza a las aves de cetrería para mantenerlas quietas, antes de echarlas al vuelo.

SER UN PARDILLO:
En el lenguaje coloquial la expresión “ser un pardillo” viene a significar ‘ ser un inocente, un ingenuo’. Esta acepción deriva del término “pardillo” (‘ave del orden de las Paresiformes, de unos catorce centímetros desde el pico a la cola’) por la fragilidad que se le otorga a este animal, o bien de “pardillo” en el sentido de ‘aldeano, palurdo’, cuya falta de conocimientos facilita la estafa y el timo. Este último significado, el de incauto y fácil de engañar, es el que se recoge en el tantas veces citado “Diccionario de argot del español” de Besses de 1905.

SER UN RATÓN DE BIBLIOTECA:
La expresión “ser ratón de biblioteca” suele utilizarse para designar a los eruditos, a las personas que utilizan como método de investigación el estudio inquisitivo de los libros, y más literalmente a la personas estudiosas y calladas que prefieren el placer de la lectura a cualquier otra actividad de ocio, razón comparativa con la actividad del ratón, el inquieto roedor que silenciosamente busca completar su labor en rincones oscuros, a veces en la propia biblioteca.

SER UN SANGÜIJUELA:
La expresión “ser una sanguijuela” se suele utilizar para designar a la persona que se aprovecha ventajosamente de una situación. La “sanguijuela” es una especie de gusano propio de aguas dulces, provisto de una boca chupadora, que era utilizado en medicina antiguamente para provocar evacuaciones en la sangre de los pacientes enfermos, de ahí que se utilice esta expresión para designar a la persona que vive a costa de los demás, que “chupa” la sangre de los demás en su propio beneficio. El término ya se encontraba documentado en el "Diccionario de argot español" de Luís Besses (1905), aunque parece ser que en ese momento histórico la frase se aplicaba al comportamientos de ciertos funcionarios públicos.

SI DIOS QUIERE:
Este antiguo dicho o expresión popular presupone el deseo del enunciante de que un acontecimiento positivo, colectivo o personal, se llegue a cumplir, apelando a la intervención divina, en la enraizada creencia de la tradición católica española de confiar en la providencia de Dios. Generalmente se utiliza cuando un hecho con posibilidad de realizarse se prevé que suceda y se desea que nada entorpezca el normal desarrollo de su acontecer. Algunos escritores datan esta expresión de la época de los árabes, pueblo extremadamente religioso que utilizaba esta y otras fórmulas invocativas en relación a Dios. Otras expresiones análogas, como 'Dios le guarde muchos años', inciden en una idea similar.

SI LA MONTAÑA NO VIENE A MAHOMA…:
Mahoma convenció a sus seguidores de que a una orden suya se le iba a acercar una montaña desde la cual predicaría. La muchedumbre se reunió; Mahoma llamó una y otra vez a la montaña y cuando ésta no se movió de su lugar, el profeta dijo sin abochornarse: "Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña". Este texto no pertenece a ningún libro religioso ni procede de Oriente. Figura en los Ensayos de Sir Francis Bacon (1561-1626), filósofo inglés y canciller del reino, quien fue precursor del método experimental en la ciencia y uno de los más firmes adversarios del conocimiento dogmático y supersticioso de la Edad Medía.

SUBIRSE A LA PARRA:
Este viejo modismo castellano, “subirse a la parra”, se suele utilizar cuando se quiere indicar que alguien está enfadado o notoriamente alterado o, como reza otra vieja expresión, “se ha salido de sus casillas”. Con esta acepción se documenta ya en el “Diccionario de argot español “de Luís Besses (1905). También se aplica la expresión referida al mundo de las transacciones comerciales, cuando un mercader sube excesivamente los precios de los géneros en su establecimiento, normalmente tras un golpe de popularidad publicitario o aprovechando circunstancias ajenas al propio negocio.

TANTO MONTA, MONTA TANTO:
Aunque este dicho popular remonta sus orígenes a la Antigüedad clásica, tomó su actual significado en España durante el siglo XV, en la época política de los Reyes Católicos, que forjaron definitivamente la unidad de la nación española. En aquel tiempo el humanista y gramático Antonio Helio de Nebrija puso como símbolo de aquel reinado el eslogan: “Tanto monta, monta tanto”, que figuraba en un escudo en el que aparecen representados unas saetas, una cuerda que las enlaza a un yugo y rodeándolo todo el eslogan aludido, en clara alusión al alma y al cuerpo de los dos monarcas reinantes en paridad, Isabel y Fernando. El pueblo español acabó por hacer suya la frase con el significado y forma de : “Tanto Monta, monta tanto Isabel como Fernando”.

TANTO VA EL CÁNTARO A LA FUENTE QUE AL FINAL SE ROMPE:
Esta locución proverbial, de connotaciones pesimistas, suele emplearse para indicar el resultado negativo de una situación incierta que se repite una y otra vez. Cervantes la cita en “Don Quijote de la Mancha” advirtiendo que el que frecuentemente se expone a situaciones de peligro, termina por ser perjudicado. En el lenguaje coloquial se utiliza análogamente para expresar situaciones que exasperan la paciencia o erosionan la confianza de una persona.

TENER DUENDE:
Este dicho se utiliza, más frecuentemente que en ningún otro lugar en la Comunidad de Andalucía, para designar a la persona que tiene un encanto especial (sinónimo, también del léxico andaluz, de tener ángel) o que está capacitado para el arte en alguna de sus manifestaciones. La inspiración se ha comparado muchas veces con un “duende” escondido que habita en algún lugar del alma del artista, al que pone en estado de gracia, y que es el que activa el proceso creativo. La expresión“tener duende” se hizo muy popular tras su utilización por parte del poeta Federico García Lorca en un célebre discurso que tenía como tema “El duende en el arte flamenco” y en el que alababa las virtudes artísticas y casi mágicas de la famosa cantaora Niña de los Peines.

TENER MALA PATA:
Esta frase hecha se utiliza como expresión de la mala suerte que una persona puede tener en las contingencias de la vida. Existe la creencia de que las patas de algunos animales, especialmente la pata del conejo, traen buena suerte y por eso suelen utilizarse como amuletos en algunas culturas. En el caso de la expresión “tener mala pata” significaría, en su sentido original, que el uso de la pata de conejo no ha producido el efecto deseado, sino el contrario. Relacionada con esta locución estaría la superstición netamente española de “levantarse con el pie derecho”. Hay quienes atribuyen este acto a propiciar un día favorable, mientras, si las circunstancias no han sido propicias, se emplea la expresión contraria : “levantarse con el pié izquierdo”.

SEMBRAR CIZAÑA:
“Sembrar o meter cizaña” es “ocasionar disensiones o lanzar rumores o noticias que inquieten a los que estaban tranquilos y enemisten a los que eran amigos”. Debe su origen a la enorme influencia del léxico religioso en la lengua, y muy especialmente en nuestro idioma castellano. Esta popular expresión alude, concretamente, a la parábola de Jesucristo que aparece en el Evangelio de S. Mateo, cap. XIII, vers. 24 y siguientes: "El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena simiente en su campo. Pero al tiempo de dormir los hombres vino cierto enemigo suyo y sembró cizaña en mediodel trigo, y se fue...". La cizaña es una hierba semejante a la avena, que nace espontáneamente junto al trigo y que es muy nociva para su crecimiento y desarrollo.

SER CABEZA DE TURCO:
Esta expresión alude a quien resulta objeto de acusaciones o responsabilidades y sujeto unilateral de las mismas, siendo culpado, generalmente, por las acciones de todo un grupo. Proviene, probablemente, de tiempo de las Cruzadas, cuando los cristianos se dedicaban a cortar las cabezas de los turcos como quien pela patatas. Otro posible origen puede proceder de la batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571), cuando el almirante turco Alí Bajá fue decapitado por un galeote cristiano con su hacha de abordaje, tras una rebelión de los cristianos prisioneros que navegaban en las galeras turcas. Aquel célebre episodio de Lepanto terminó con una escabechina : sólo 50 de las 300 naves turcas pudieron escapar y se contaron por miles las cabezas de turco que cayeron bajo los filos de las espadas cristianas.

SER CULO DE MAL ASIENTO:
Este viejo dicho se aplica a los inconstantes, a los que no se sujetan a un trabajo por mucho tiempo, a los que van de acá para allá, como los nómadas, sin tener una morada fija. Pese a lo que pudiera imaginarse, este modismo no se refiere a la parte corporal trasera del hombre, a las posaderas, donde acaba la espalda, sino que alude al "culo" o base de recipìentes y vasijas, que cuando no es absolutamente plano, hace que áquellos/as bailen y no guarden el equilibrio correcto. En Andalucía se utiliza este dicho aplicando el diminutivo : “ser culillo o culito de mal asiento”.

SER DE BUENA PASTA:
Este modismo alude a la persona de carácter apacible y a la persona llana. Si atendemos al último de los significados antiguos de esta expresión, recogido en diferentes versiones del DRAE (persona llana y de carácter “blanco”, dicho en sentido figurado) y en relación con otra de las acepciones de la palabra pasta, indica buena índole, lo que es tomado por blandura en el genio, sosiego o pausa en el obrar o el hablar. En tal sentido esta frase hecha alude a la blandura de la masa, aplicada metafóricamente al carácter y al genio de las personas.

SER MAS CHULO QUE UN OCHO:
Con esta frase popular, originaria del Madrid castizo y zarzuelero, se pretende alabar la majeza de una persona. Su origen puede provenir del tranvía número ocho, que a principios del siglo XX hacía el recorrido entre la Puerta del Sol y el barrio de Manzanares. El dicho viene de la chulería y guapeza de los majos y manolas que solían utilizar el citado tranvía para trasladarse al Paseo de San Antonio de la Florida los días de la romería del santo que da nombre al citado Paseo.

SER PÁJARO DE MAL AGÜERO:
Esta expresión se utiliza para designar a las personas que suelen generar desconfianza o recelo. La palabra “agüero” se refiere a los presagios que algunos pueblos, como en la antigüedad clásica Grecia y Roma, deducían de ciertos indicios o señales, como el canto o el vuelo de las aves y los fenómenos meteorológicos. En este sentido, cuando se dice que alguien es “pájaro de mal agüero” se quiere significar que esa persona no es fiable o digna de confianza, aunque existe otra interpretación de esta frase referida coloquialmente al sentido supersticioso de “gafe”, persona que genera mala suerte, que tiene “mal fario”.

SER UN CAFRE:
El apelativo cafre se aplica a toda persona o situación que encarna lo puesto a la civilización y la cultura. En realidad, se llaman cafres a los habitantes de Cafrería o País de los Cafres, grupo de pueblos bantúes que habitaban la región oriental de Africa del Sur, en El Cabo Natal. La cafrería es un nombre de origen árabe con el que los geógrafos de los siglos XVII y XVIII denominaban a la parte de Africa situada al sur del Ecuador poblada por infieles, es decir, no musulmanes.

SER UN CHUSMA:
"Chusma! proviene del genovés antiguo “ciüsma”, y este del griego “???e?sµa”, canto acompasado del remero jefe para dirigir el movimiento de los remos. En términos generales la palabra “chusma” se refiere a un conjunto de gente soez y vulgar, según el DRAE. Sin embargo hemos encontrado una página de frases argentinas en la que el significado de “ser un chusma” es “ir con cuentos o chismes, sembrar rumores”. Chusma, según esta página argentina, es una palabra usada en la pampa. Lo dicen como si la pampa fuera un mapamundi y no existiera la influencia del idioma castellano. En la tribu, según estos señores argentinos, la "chusma" estaba integrada por los no combatientes: mujeres, niños y enfermos. Ante los soldados blancos, hablaban en voz baja. Despectivamente, se asoció chusma con chisme. Los conservadores hablaban en 1916 de "la chusma radical".

SER UN DISCO RAYADO:
Esta locución, de muy frecuente uso, se utiliza para referirse a las personas reiterativas, las que repiten una y otra vez los mismos argumentos en torno a determinada cuestión y establece una similitud con el ruido chirriante y reiterativo que emitían los antiguos discos gramofónicos. Es sabido que cuando un disco de vinilo se raya, la aguja del tocadiscos no consigue leer correctamente la información musical de la pista y queda enganchada en ese punto repitiendo una y otra vez los mismos sonidos.

SER UN GALLINA:
Se dice que alguien “es un gallina” cuando demuestra una actitud cobarde ante una situación, cuando no tiene el valor suficiente para afrontarla. Las gallinas son animales de corral que se suelen vincular a comportamientos cobardes que en este caso se trasladan metafóricamente a los seres humanos. Esta acepción ya se atestigua desde 1905 en el tantas veces citado “Diccionario de argot español”de Besses. Frente a la acepción anterior, se dice que alguien “es un gallito” o un gallo, cuando es un bravucón, cuando siempre anda presumiendo de sus capacidades frente a los demás y va buscando la confrontación con los otros. Tiene su origen en la actitud de los gallos en el corral y por el sonido tan fuerte que emite este animal cuando se pavonea orgulloso de un lado a otro. La locución “ser un gallo” también se atestigua desde 1905 en el “Diccionario de argot español" de Besses.

¡QUIÉN TE HA VISTO Y QUIÉN TE VE!:
Según testimonio del que fuera obispo de Mondoñedo, fray Antonio de Guevara, en tiempos de las revueltas de las Comunidades de Castilla había en un pueblo de Ávila un clérigo de origen vasco, partidario y ferviente defensor del líder de la revuelta Juan de Padilla, a quien señalaba desde el púlpito como "verdadero rey de Castilla, y no el tirano que ahora nos gobierna". Pero sucedió que poco tiempo más tarde el propio rebelde Juan de Padilla apareció con sus tropas comuneras y devastó las bodegas del lugar para abastecer a sus huestes. Cuando huyeron con el botín, el clérigo del lugar subió de nuevo al púlpito y habló al pueblo, pero ahora con un mensaje distinto, diciendo "habéis visto cómo pasó por aquí don Juan de Padilla y cómo sus soldados no me dejaron gallina viva, ni tocino, ni estaca, ni tinaja sana. Os digo esto porque, de aquí en adelante, no deberéis rogar a Dios por él, sino por el rey don Carlos nuestro señor y la reina doña Juana, únicos reyes verdaderos...". Desde entonces la gente comenzó a aplicar la frase “¡quién te ha visto y quién te ve!” para referirse al sentimiento que despierta una persona que se retracta de opinión al cambio de las tornas de su vida.

RENACER DE LAS CENIZAS:
La idea de volver a alzar vuelo después de una gran crisis suele ser alegóricamente expresada mediante la antiquísima leyenda egipcia del ave Fénix. Un pájaro fabuloso de brillante plumaje dorado y escarlata que emitía un canto muy melodioso y cuya vida se extendía -las versiones difieren- entre los cinco y los once siglos. Antes de morir, el Fénix -del que existía un único ejemplar-, se preparaba un nido hecho con ramas de árboles raros y hierbas aromáticas al que se prendía fuego, y el ave se extinguía entre sus llamas. Resucitaba muy pronto de las cenizas, intacta y rejuvenecida, para vivir otra vez por siglos. La creencia -que evoca la muerte diaria del sol y los otros fuegos de un nuevo amanecer- dio lugar al dicho “renacer de las cenizas" y a su equivalente, menos empleado, "ser como el ave Fénix”. Una metáfora que condensa el destino de aquellos que, tras un fracaso que se creyó definitivo, retoman con el fervor y la fortuna que suponían para siempre incinerados. El nombre del ave también se aplica a quien, por sus cualidades, excede la comprensión humana.

SACANDO DE LA "MANGA":
Del término “manga”, procedente del latino “manica”, se usan en nuestro idioma diferentes expresiones como las que siguen : “Bajo manga”, bajo cuerda o secretamente. “En mangas de camisa”, sin chaqueta u otra prenda que cubra la camisa. “Hacer mangas y capirotes”, que, referido a una persona, significa actuar a su antojo (con las preposiciones “de” o “con”). “Manga ancha” y su antinómico “manga estrecha”, en los sentidos de tolerancia o intolerancia excesivas, hablando en términos morales. “Manga por hombro”, alude a una situación de desorden, anarquía y desorganización totales. “Más corto que las mangas de una chaqueta”, que es construcción de sentido comparativo utilizada para ponderar la cortedad intelectual o pobreza de espíritu de una persona. “Sacarse de la manga”, inventarse o hacer que surja algo como por arte de birlibirloque, por sorpresa, como el conejo de la chistera del mago. “Tirar de la manga”, tratar de influir o presionar a una persona con la amenaza de sacar a la luz o hacer público un determinado hecho negativo.

SACAR DE SUS CASILLAS:
Este dicho popular proviene del antiguo juego de las Tablas Reales, juego de tablero muy semejante a las actuales Damas. En el citado juego la palabra casa está referida a unos semicírculos huecos cortados en la misma madera a los lados del tablero en los que se van colocando las piezas para ocupar las casas o casillas según las suertes de los dados. El juego consistía en encontrar una casa o casilla vacía donde entrar, y en el caso de que se hallara ocupada el que viene detrás con una pieza la puede desplazar del juego, “la puede sacar de su casilla”.

SALIR A LA PALESTRA:
Suele utilizarse este modismo para significar el hecho de que una persona va a subir a determinada tribuna o escenario para actuar o para dirigirse de viva voz al público, si bien su significado literal es el de “salir al lugar en el que se ha de competir o demostrar la propia capacidad de una persona” . “Palestra”, de origen latino y que en el italiano actual significa ‘gimnasio’, era una especie de patio porticado, en el que griegos y romanos solían practicar determinados deportes, aunque también era utilizado como escenario en el que se celebraban concursos literarios, reuniones o discusiones en público. Relacionado con este modismo es el de “saltar a la palestra”, que viene a significar “pasar a ser objeto de debate o comentario público”.

SALIR DEL ARMARIO:
La expresión “salir del armario” es relativamente moderna y viene a indicar que una persona confiesa públicamente su verdadera condición homosexual que hasta entonces permanecía oculta, aún a riesgo de hacer frente a las consecuencias de dicha confesión. Procede de la expresión inglesa 'to have an skeleton in the closed', lo que se traduciría como 'tener un esqueleto en el armario' y que vendría a significar lo que nuestra vieja expresión 'los trapos sucio se lavan en casa”, es decir tener algo vergonzante que no se quisiera mostrar en público. De ahí que salir del armario indique aceptar públicamente la homosexualidad sin vergüenzas ni complejos.

SALTARSE ALGO A LA TORERA:
El sentido de esta locución está referido a la persona transgresora, que no cumple un deber o una obligación determinados. Su origen proviene de los antiguos juegos del toro, antecedentes de las actuales corridas, uno de los cuales consistía en llamar la atención del toro con una pértiga y cuando el animal se acercaba de forma peligrosa, el participante del juego tomaba impulso y, clavando la pértiga en la arena, saltaba por encima del astado, por lo que se le denominó “salto a la torera”(y, en otra parecida suerte, “salto de la garrocha”) que Francisco de Goya inmortalizó en uno de sus famosos grabados.

SALVARSE POR LOS PELOS:
¿Creían que era porque un pelo es algo muy fino, y de allí venía el dicho? estaban en un error. Este dicho viene porque en la antigüedad los marineros cuando caían al agua generalmente eran agarrados y subidos de los pelos. Por esta razón solían dejarse el cabello lo más largo posible, el cual, al hundirse el cuerpo, quedaba flotando y era un excelente punto de agarre.

SE ARMÓ LA GORDA:
La Revolución Unionista de 1868, a consecuencias de la cual la reina Isabel II se vio forzada a abandonar el poder, vino precedida de un insistente rumor callejero, en el que utilizando la muy castiza expresión de la Gorda, se proclamaba a los cuatro vientos la inevitabilidad de los acontecimientos. Es decir, la gente aludía a la Gorda como un hecho consumado, como una cosa ya hecha: la Gorda ya está en camino... se va armar la Gorda... hasta que, finalmente, en septiembre de ese año, verdaderamente, se armó la Gorda con el pronunciamiento militar del marino Juan Bautista Topete y Carballo en Cádiz y de Primo de Rivera en Madrid. Históricamente, el hecho tomó el ostentoso nombre de “La Gloriosa” pero su duración fue efímera; no así el castizo alias que el pueblo le adjudicó: “La Gorda”, expresión que luego extendió su uso al lenguaje familiar, cuando alguien quiere referirse a cierto hecho ruidoso o de mucha trascendencia que puede sobrevenir (“se va a armar la gorda”) o que sobrevino, o bien ante una situación de extrema gravedad.

SE LA DIO CON QUESO:
Este dicho viene del problema que representaban los roedores en los pueblos Medievales, y hace referencia al hecho de armar la trampa ratonera poniendo un queso como carnada.

PONERSE LAS BOTAS:
Hubo un tiempo en el que el calzado era signo distintivo de la clase social a la que pertenecía el individuo. Entre los romanos y los bizantinos existían normas muy estrictas al respecto y de hecho, esas diferencias se mantuvieron vigentes por mucho tiempo. Mientras las botas eran de uso privativo de los caballeros ricos y poderosos, el zapato bajo estaba reservado al pueblo llano. De ahí nació la expresión “ponerse las botas”, utilizada para poner de manifiesto el ascenso en la escala social de quien, por virtud de un golpe de fortuna, podía acceder al uso de las botas. Por supuesto, ese progreso sólo podía verificarse en un integrante de la clase baja ya que los nobles siempre habían usado botas. La locución conserva en estos tiempos el mismo sentido, si bien ha adquirido –metafóricamente y por la que se ha llamado “cultura del pelotazo”- otra intencionalidad, aplicándose a las personas que medran y se enriquecen en base a actuaciones no del todo claras o lícitas, por lo que en la actualidad la frase suele usarse con referencia a individuos que, aprovechándose de una situación ventajista o de una oportunidad o de una información privilegiada, se enriquecen desmedida y no lícitamente.

POR ENÉSIMA VEZ:
Esta expresión tiene su origen en el lenguaje matemático, y más concretamente, procede del álgebra, y expresa el número indeterminado de veces que potencialmente puede repetirse una cantidad. En el lenguaje común se aplica, de modo análogo y con sentido peyorativo, a cualquier aseveración o advertencia que, al no ser entendida o desobedecida, debe repetirse una y otra vez con insistencia hasta su cumplimiento final.

POR H O POR B:
Esta es realmente simple, y así y todo, no me la hubiera imaginado nunca. Las letras h y b son las que más problemas traen a los niños durante su etapa escolar. Es muy normal que siempre, al escribir un dictado de la maestra, los chicos fallen en las palabras que llevan una h o una b. Por esta razón decir “por h o por b” significa haber errado por tal o cual cosa, sin querer dar muchas explicaciones.

POR SI LAS MOSCAS:
Esta expresión es sinónimo de “por si acaso, por lo que pudiera ocurrir” y tiene un claro significado preventivo que, en ocasiones, se acentúa afirmando : “por si las moscas pican” ('desazonan, incomodan, abrasan'). El origen de esta expresión tal vez pueda estar en la leyenda que cuenta que las moscas conocidas con el nombre de "moscas de San Narciso" brotaron repentinamente en 1285 de la tumba de este santo gerundense y atacaron al ejército francés, que al mando de Felipe 'El Atrevido', se disponía a sitiar la ciudad de Gerona. Las famosas moscas levantaron el pánico y contagiaron la peste entre los invasores, quienes tuvieron que levantar el sitio mientras salían espantados.

PUÑALADA TRAPERA:
Suele utilizarse este dicho acompañado del verbo “dar” y tiene el sentido figurado de “cometer una traición”, “defraudar” y/o “preparar una emboscada a una persona confiada”. La expresión nada tiene que ver con la profesión de trapero, que nunca tuvieron fama de asesinos y traidores. Se refiere la frase al desgarrón de ropa cuando se rompe. “Puñalada trapera” es, en su origen, una herida o desgarrón grande que se realiza con un cuchillo o con un puñal. En un principio esta frase no tenía el sentido de alevosía y traición que adquirió con posterioridad. Tal carácter lo asume cuando el asesino, por su acción vil y precipitada, no da una puñalada limpia sino que produce un desgarro en la ropa o en la carne.

QUE LE DEN MORCILLA:
Se trata de una expresión despectiva, castizamente española, utilizada en el sentido de injuria o agravio. Su origen se remonta al antiguo método utilizado para eliminar a los perros vagabundos de los que se sospechaba que podían tener la rabia. Tal método consistía en darles de comer a los canes morcillas envenenadas con estricnina o con cualquier otro tipo de veneno. Con el paso del tiempo el acto dio lugar a la locución tal como hoy es utilizada en su sentido de desprecio y ofensa.

QUEDAR A LA ALTURA DEL BETÚN:
Se utiliza esta frase hecha para expresar que una persona ha quedado muy mal considerada o que su reputación se ha visto destruida tras el desenlace negativo de una situación o de un asunto. El modismo, de frecuente uso, guarda relación con el “betún” que se aplica los zapatos, que están a la altura del suelo, con el objeto de darles lustre y brillo, con lo que se indica que la reputación de una persona ha caído de forma ostensible a los ojos de los que la conocen. Un sinónimo de esta frase es la de “ quedar por los suelos”.

QUEDARSE CON UN PALMO DE NARICES:
Se utiliza esta locución para referirse a la situación de una persona que se ha quedado frustrada en un objetivo que aspiraba a conseguir. Este dicho tiene su origen en la unidad de medida “palmo”, que aludía a la distancia entre el extremo de los dedos pulgar y meñique de una mano al extenderse. La expresión podría estar posiblemente relacionada con la forma de burla que consiste en colocar el dedo gordo en la punta de la nariz, extender la mano y mover los dedos. También podría ser sinónimo de ‘quedarse como un tonto’ en referencia a las grandes narices que utilizan, en el teatro o en el circo, los personajes cuya misión era hacer reír al público en sus papeles de graciosos.

QUEDARSE DE PIEDRA:
El diccionario explica esta expresión como "quedarse sorprendido, en suspenso o admirado por haber visto u oído alguna cosa extraordinaria o inesperada". Antiguamente se decía “quedarse hecho piedra” y hoy, análogamente, la expresión ha sido simplificada en su sentido cuando se dice “quedarse de piedra” . En todo caso la expresión se remonta (y de ahí el símil pétreo) al Antiguo Testamento de la Biblia cuando refiere que la mujer de Lot se quedó convertida en estatua de sal por detenerse a contemplar desde la distancia de su huida el incendió que acabó con la ciudad de Sodoma.

QUEDARSE PARA VESTIR SANTOS:
Es curioso como en la comunidad hispanohablante de un lado y otro del océano, el significado de ciertas expresiones coloquiales es absolutamente distinto o no tiene ninguna relación, según el país de donde dicha locución proceda. En el castellano de España, la frase “quedarse para vestir santos” suele aplicarse a la mujer soltera a la que se le pasa la edad para contraer matrimonio. Eso sucedía, claro, en el contexto sociológico de otros tiempos, sin los cambios que han sobrevenido y que han afectado al estatus e independencia de la mujer de ahora. En cambio, la misma frase en la Argentina significa quedarse sin dinero, sin recursos económicos y también adquiere el sentido de ser víctima de un desastre.

PARA EL LADO DE LOS TOMATES:
La planta de tomates es un vegetal muy problemático para los horticultores. Esta suele contaminarse con todo tipo de hongos y parásitos que, si no son tratados a tiempo, no sólo matan a los tomatales sino que además al resto de las plantas sembradas. Razón suficiente para que los horticultores las planten bien alejadas del resto de las plantas. Es por esto que decir “se fue para el lado de los tomates” significa algo así como decir que se fue muy lejos del significado real.

PELILLOS A LA MAR:
La locución proviene de una remotísima costumbre : el hecho de arrancarse algunos pelos de la cabeza y arrojarlos al viento como significado de reconciliación. Entre los griegos del período clásico se hizo popular tal hábito y así se menciona en la "Iliada", de Homero durante las ceremonias del rapado de corderos y el aventado de sus lanas. Hasta tiempos bastante cercanos era habitual que los niños andaluces, cuando querían zanjar sus diferencias, depositaban los pelos que se habían arrancado de la cabeza en la palma de la mano y, soplando, exclamaban: "Pelillos a la mar", en alusión a que el viento habría de llevarse también las disputas hacia el inmenso mar, lo mismo que se llevaba los pelitos. Trasladada al lenguaje común, la frase mantiene su primitivo significado y se la usa en el sentido de allanar o limar diferencias en las relaciones personales..

PENDER DE UN HILO:
El dicho “pender de un hilo” entraña en su significado estar acechado por un gran riesgo o amenaza, temor a una posible desgracia o estar en alerta con sobresalto y duda, esperando un acontecimiento negativo. Tal locución está firmemente relacionada con la expresión 'cortar el hilo de la vida', que no es otra cosa que matar, y 'pender la vida de un hilo'. Proviene de la mitología griega, y hace referencia a las Parcas. Éstas tres hermanas hilaban y cortaban el hilo de la vida del hombre con su rueca. Clotho, la primera y más joven, recogía el momento del nacimiento y tenía el hilo del destino de los hombres. La segunda, Lachesis, era quien dirigía el curso de la vida. Atropos (la realmente conocida como 'la Parca'), se dedicaba a cortar con sus tijeras el hilo.

PEPE:
En los conventos, durante la lectura de las Sagradas Escrituras al referirse a San José, decían siempre "Pater Putatibus" y por simplificar "P.P.". Así nació el llamar "Pepe" a los José.

PERDER EL NORTE:
Aplícase este modismo a la persona que pierde la razón y se comporta de manera desordenada y errática, como si no supiera donde está ni de que se ocupa. También tiene el significado de perder el sentido de la orientación o de la realidad. Este modismo es una figuración, en su origen, del arte de la navegación y del papel desempeñado por la Estrella del Norte o Estrella Polar en la orientación de los navegantes, especialmente en la Antiguedad. En sentido contrario al literal de este modismo está el de “dar norte”, que es dar orientación o información de algo o de alguien.

PISAR EL PALITO:
Cuando, inducido por otros, alguien hace justo lo que lo perjudica, suele decirse que ese individuo "ha pisado el palito". La frase vale se debe a una jaula-trampera que hasta no hace mucho se vendía en los comercios. Tenía una suerte de puertita o ventana rebatible provista de una barra corta o palito. Junto a ese apoyo se colocaba agua, lechuga y alpiste como cebo para que se posara algún pájaro suelto. Ni bien lo hacía, su peso ponía en acción un resorte que desplazaba rápidamente esa parte de la jaula dejando encerrada a la presa. José Gobello, por su parte, atribuye el dicho a los ladrones de gallinas. De noche, éstos metían una vara en el gallinero, el animal se agarraba al palo dejando así que los ladrones lo retiraran en silencio. Nada impide que ambas versiones se ajusten a la verdad. Al igual que las aves de corral y los pajaritos, nadie está libre de portarse incautamente. Y nunca falta gente de mala fe dispuesta a hacer que alguien pise en un descuido el palito de la ingenuidad.

PONER LAS MANOS EN EL FUEGO:
En los antiguos pueblos paganos de la Germania existía la costumbre de realizar juicios ante los Dioses cuando surgía un litigio entre dos personas. Una de las formas más comunes de ver si ésta persona estaba siendo sincera era ponerle un fierro caliente en sus manos, o alguna otra parte del cuerpo. Si la persona salía corriendo significaba ser culpable.

PONER LOS PUNTOS SOBRE LAS IES:
Durante el transcurso del siglo XVI fueron introducidos los caracteres góticos en la escritura común. Entonces, los copistas -importantísima profesión en esa época- adoptaron la práctica de poner una pequeña tilde sobre la “i” minúscula, para evitar que la presencia de dos de estas letras seguidas fuese confundida con una "u". Esta innovación no fue bien recibida por todos los escribas de la época y por algunas de las personas letradas, de manera que comenzaron a discrepar con la medida; tanto fue así, que para muchos, la acción de poner los puntos sobre las íes no pasaba de ser una prolijidad ociosa, propia de personas excesivamente meticulosas y maniáticas del esmero. Con el correr del tiempo este concepto fue desplazado por el que tiene la frase en la actualidad, es decir, ejecutar todo muy detalladamente, sobre todo lo que normalmente se hacía de manera imprecisa, aunque entre nosotros suele aplicarse a la persona que siente la necesidad de aclarar determinada situación porque prefiere las cosas transparentes.

PONER PIES EN POLVOROSA:
A pesar de que no puede afirmarse con certeza, todo lleva a pensar que el origen de esta expresión alude a un hecho bélico histórico protagonizado por el rey de Asturias y León, don Alfonso III. Al parecer, este monarca estaba bastante preocupado por las incursiones de los moros en su territorio y un buen día resolvió poner punto final a las tropelías de los sarracenos, para lo cual, salió a cortarles el paso a orillas del río Orbigo, en una región conocida como los Campos Palentinos de Polvorosa. Luego de una compleja, cruenta y exitosa contraofensiva del monarca astur, el ejército islámico debió dispersarse en fuga desordenada, de donde la conocida expresión poner pies en Polvorosa comenzó a aplicarse con valor de huida brusca y precipitada. Otras versiones, un poco menos documentadas, remiten el origen de este dicho -en sentido figurado- a la polvareda que levanta alguien cuando huye; también aluden a que en el lenguaje de los delincuentes (germanía) se llama polvorosa a la calle. En la actualidad, aunque un poco menos difundida, esta expresión es utilizada en el mismo sentido.

PONERLE EL CASCABEL AL GATO:
Según la página “1de 3” esta expresión se refiere a la impotencia de los más débiles para tomar precauciones frente a los más fuertes que abusan de ellos. También para referirse a la realización de una tarea complicada o peligrosa, para la que es prácticamente imposible encontrar un ejecutor. El origen de esta expresión parece estar en un cuento popular, recopilado en el siglo XIV en el “Libro de los gatos”, que es un manuscrito que se encuentra en la Biblioteca Nacional de España, cuyo cuento número 55 lleva por título “De los mures con el ratón” en el que los ratones discuten en consejo como prevenirse de las amenazas del gato y uno de ellos propone ponerle al felino un cascabel o una esquila para avisar de su llegada, a lo que ninguno de los ratones se atreve. Felix María de Samaniego, en su Fábula VIII, aporta otra versión de este cuento.

NO SE GANÓ ZAMORA EN UNA HORA:
La hija de Fernando I, Doña Urraca, recibió a la muerte de su padre el señorío de Zamora. Su hermano, el rey don Sancho II de Castilla, llamado el Bravo, deseoso de arrebatarle tan preciada herencia, sitió la ciudad zamorana. Pero ésta fue bravamente defendida por Doña Urraca durante 6 meses, hasta que el traidor Vellido Dolfos asesinó por la espalda a don Sancho, el 6 de octubre de 1072. De esta forma trágica concluyó el cerco y nació la frase no se ganó Zamora en una hora, que se utiliza para recomendar paciencia, ya que las empresas grandes y difíciles requieren largo tiempo.

NO TENER VELAS EN UN ENTIERRO:
Este modismo, siempre citado en sentido interrogativo y en segunda o tercera persona (“¿quién te dio o le dio velas en este entierro?”) , indica que la presencia de una persona o su intervención en determinado asunto no son bien recibidas, o que, simplemente, se consideran inoportunas. Tiene su origen en la antigua tradición, hoy en desuso, que se seguía en los entierros españoles, cuando la familia del fallecido entregaba velas a los familiares o a los amigos más cercanos con el fin de que las encendieran durante la ceremonia del funeral. “No tener vela en un entierro” significaba que la relación con el difunto no era muy directa o significativa.

NO TODO EL MONTE ES ORÉGANO:
Con este dicho, frecuentemente usado en el léxico popular castellano, se pretende indicar que un asunto no es tan fácil de resolver o que un posible negocio no es tan beneficioso como se piensa. También se aplica a una persona que no es tan simple o superficial como son las personas de su entorno o con las que se compara negativamente. En ambos casos el sentido es negativo y como tantos otros dichos populares proviene de la cultura agraria y previene al agricultor que espera encontrar fácilmente en el bosque las hierbas que él busca. Entre esas hierbas el orégano, por su escasez y utilidad, era una de las más apreciadas.

NUESTRO GOZO EN UN POZO:
Se aplica este dicho popular para indicar que se ha malogrado algo en lo que se habían depositado muchas esperanzas de éxito. Es habitual que en los cuentos y moralejas de nuestros ancestros aparezcan los pozos como sinónimo de búsqueda de cosas irrecuperables, como símbolo de desencanto. Es probable que el dicho fuera, simplemente, una moraleja con rima, como tantas en nuestro léxico castellano, con la que se quisiera expresar cómo la ambición sin medida puede acabar, como nuestras ilusiones, en el fondo de un pozo.

OJO POR OJO DIENTE POR DIENTE:
Esta frase, que consagra la venganza como un procedimiento jurídico, figura en dos de los 282 artículos del código sancionado por Hammurabi (1792-1750 a. C.), fundador del imperio babilónico. La menciona también el Antiguo Testamento al referirse a los actos de violencia. “Quien cometiere e delito", dice el texto bíblico, "pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano y pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida y golpe por golpe". Cuando el agredido prefería que se lo compensara con dinero, tenía derecho a una suma, fijada de antemano de acuerdo con la gravedad del daño. Así, según la ley del talión del derecho romano, quien recibía una cachetada podía canjear ese golpe por un monto equivalente a 5 ó 6 dólares de hoy. El dicho, con frecuencia abreviado como “ojo por ojo”, no pasa en la actualidad de un modo de hablar. Un desahogo para el rencor. Y prueba de que la idea de devolver mal por mal es siempre tentadora. Pero ningún código moderno autoriza a desdentar o volver tuerto al ofensor.

OK:
Durante la Guerra de Secesión, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, ponían en una gran pizarra ‘0 Killed’ (cero muertos). De ahí proviene la expresion ‘O.K.’ para decir que todo está bien.

PACIENCIA, QUE LA ESTÁN PEINANDO:
Expresión popular muy utilizada cuando alguien nos mete prisa en relación a la finalización de un asunto o una tarea determinada. Equivale a 'peinar la baraja' que procede de la lengua de germanías del siglo XVI y cuyo significado es barajar despacio para que no haya trampas en el juego y que se ejecuta de la siguiente manera : tras cortar el mazo en dos mitades, se entremezclan las cartas, como el peine y el pelo. Cuando un jugador va perdiendo apresura al que baraja despacio, para tratar de recuperar lo antes posible lo perdido y de ahí surgió la expresión.

PACO:
Filólogos españoles en tiempos pasados escribian Francisco como Phrancisco y con el afán de "ahorrarse tinta" usaron la abreviación Phco. De aquí, que con sólo intercalar una "a" para hacerlo pronunciable, surgió la abreviación de Paco. Pero la idea más extendida es la que se remonta a San Francisco de Asis, fundador de la orden franciscana y primer abad, o como ellos le llamaban, Pater Comunitas (padre de la comunidad) y por lo tanto Paco sería un acrónimo de PAter COmunitas.

PAGAR A TOCATEJA:
Este dicho se utiliza para expresar que se va a pagar al contado, en efectivo y cada uno su parte, en el caso de que haya varias personas y varias cantidades que pagar. El dicho se remonta al siglo XVII, durante los reinados de Felipe II y Carlos II, cuando se acuñaron en Segovia unas monedas de plata que se denominaron "tejas" y estaban destinadas, normalmente, para pagar al contado las transacciones. El verbo "tocar" aparece en la composición del dicho con el sentido de "abordar" o "tratar el pago de una deuda", en este caso en efectivo (es el mismo sentido de tocar un tema).

PAGAR EL PATO:
Este modismo fue dicho contra los judíos. En la Biblia Castellana (1569), se explica así su origen: "Como los vocablos Torah y Pacto, usados por los judíos españoles, el primero por la Ley y el segundo por el concierto de Dios, por los cuales los españoles les levantaban (les acusaban a los judíos) que tenían una Torah o becerra pintada en su sinagoga, que adoraban; y del Pacto sacaron por refrán "Aquí pagaréis el pato". En cuanto a la palabra Torah, los cristianos dieron en decir que los judíos adoraban en sus sinagogas a una tora o novilla, y en algunas fiestas populares hacían mofa de ella."

NACER CON UN PAN DEBAJO DEL BRAZO:
El origen de esta frase hecha, afortunadamente cada vez más en desuso, procede de la cultura campesina y está relacionado con la fortuna que, en los tiempos de escasez, advenía a una familia con el nacimiento de un hijo varón. El nacimiento de un nuevo miembro en la familia era considerado de manera optimista, ya que significaba una nueva fuente de trabajo y de ingresos, lo que es decir una nueva forma de prosperar y de aumentar la hacienda. Recalco lo del hijo varón, pues no se consideraba signo especialmente afortunado el nacimiento de una hija, como ha sucedido desde tiempo ancestral en China y en otros lugares del mundo.

NI A LA DE TRES:
Se utiliza esta frase hecha para indicar la imposibilidad de obtener un logro, a pesar de los esfuerzos realizados para conseguirlo. El origen de la locución procede del hecho de que en algunas ocasiones se utiliza la colaboración de varias personas, lo que se llama trabajo en equipo, para realizar una acción costosa, para lo cual se unen esfuerzos al compás de la expresión “a la una, a las dos y a las ... tres” y ese es el momento en el que se aplica la fuerza común, el esfuerzo máximo, para solucionar el problema. Cuando a pesar de los esfuerzos no se consigue el éxito sólo cabe lamentarse y decir “ni a la de tres”.

NO COMERSE UNA ROSCA:
Esta expresión se utiliza para indicar que no se ha conseguido el propósito que se perseguía. Su origen se remonta a la práctica de un juego en el que las golosinas son lanzadas al aire y sólo son atrapadas por los más hábiles y arrojados. Esta expresión ha sido modificada con el paso del tiempo y ahora se utiliza, especialmente entre los jóvenes españoles, en el sentido de no haber conseguido “ligar” (otra expresión de moda) con una chica o no haber obtenido de ella los favores amatorios que se pretendían.

NO DEJAR TÍTERE CON CABEZA:
Los títeres, por otro nombre marionetas, son figuras hechas en pasta, madera u otro material que, revestidas y adornadas caprichosamente, se accionan con hilos mediante algún artificio manual. En la actualidad, los títeres son un espectáculo para niños, pero en otras épocas, las representaciones se hacían también para recreo de los adultos, lo que explica que Nuestro Señor Don Quijote arremetiera como lo hizo contra el retablo de maese Pedro, en el que -en efecto- no dejó títere con cabeza. La expresión quedó en el lenguaje popular para calificar el destrozo que, por motivos airados, se hace de algo o alguien involuntaria e indiscriminadamente, aunque por analogía, la frase puede aplicarse también en el caso en que no haya ningún daño material, sino una severa reprimenda manifestada en forma oral contra una o más personas.

NO ES MOCO DE PAVO:
Cuando queremos ponderar la importancia de un asunto cualquiera, con frecuencia nos valemos de una comparación negativa y destacamos que eso "no es moco de pavo". El diccionario define moco de pavo como "apéndice carnoso eréctil que el pavo tiene sobre el pico". Pero el dicho del título proviene de cuando se usaba reloj con cadena. Ésta asomaba como una provocación para los ladrones, quienes aprovechaban las aglomeraciones para desprender el reloj y dejar la cadena que lo sujetaba. Dado el público del que salían los incautos (llamados "pavos" en la jerga del delito), esas cadenas eran de escaso valor, de modo que se quedaban colgando como cuelga el moco del ave. Hoy, se usan relojes de pulsera, la expresión ha perdido toda conexión con su origen. Pero basta escuchar que algo "no es moco de pavo" para que en seguida todos entendamos que no nos están hablando de ninguna p a v a d a.

NO ESTAR MUY CATÓLICO:
Dicho popular, evidentemente de origen religioso, que significa estar levemente enfermo o encontrarse con síntomas de alguna enfermedad. En otros tiempos el término “católico” era sinónimo de legal y bueno, como opuesto a hereje, ilegal y malo. En tal sentido el dicho parece hacer referencia a ciertos procedimientos inquisitoriales. Los inquisidores tenían la extraña creencia de que los sometidos a tortura si eran católicos, integrados en la iglesia de Roma, no se quejarían. Si los considerados herejes no se retractaban, tras estar sometidos a diversos suplicios, decían los verdugos : “este está poco católico, hay que torturarlo más”. Y así se hacía hasta que el reo acababa por admitir que la única iglesia verdadera era la católica y romana. Estar católico, por tanto, significaba estar perfectamente, y no estarlo, ser sometido a suplicio.

NO HAY MOROS EN LA COSTA:
Los moros, los árabes, estuvieron en España 700 años. Durante el reinado de los Reyes Católicos fueron expulsados definitivamente. Antes de esta época, asolaban las costas mediterráneas, atacaban por sorpresa y dejaban desesperación y muerte a sus espaldas.Estos continuos atropellos obligaron a formar compañías de jinetes armados que vigilaban para evitar posibles ataques. La frase con que se saludaban en el relevo era "no hay moros en la costa", que significaba: no existe peligro

NO HAY TU TÍA:
Expresión equivalente a decir: “no hay remedio”, “no hay solución”. Inmiscuyéndonos en el significado correcto de los dos últimos términos de la frase lo obtendremos enseguida. En realidad la locución no es correcta, es una alteración del dicho “No hay tutía o atutía”, pues la tutía o atutía era considerada antiguamente como medicamento de gran virtud para las enfermedades oculares. De hecho, ya el antiguo DRAE decía: “Atutía: género medicinal del que se constata la existencia de varias especies. La verdadera se origina del hollín que se eleva del cobre cuando se funde y purifica. De ella provienen varios compuestos medicinales, y la que tiene más nombre en las farmacias es la “atuthia” preparada.

NO SABER DE LA MISA LA MITAD:
Significa ignorar una parte o todo de un oficio o de una cuestión. Proviene de la tradición religiosa y alude a los clérigos legos que vivían en ignotos lugares o en apartadas poblaciones y que no estaban autorizados a celebrar misa, puesto que no habían estudiado en seminarios y desconocían el latín. La misión de estos legos, en realidad, se ejercía en el coro o en ayudar al sacerdote a decir la misa. En el lenguaje popular quedó, pues, la expresión en virtud de la incompetencia de estos legos que “no sabían de la misa la media”.

NO SABER NI J:
La J es una letra que viene del idioma Hebreo. Como en su forma escrita la J -que es la letra más chica de todas- forma parte de la estructura escrita del resto de las letras, “No saber ni J” significa no saber nada.

METER EN UN EMBOLADO:
El término “embolado” es sinónimo de “asunto negativo, difícil o complicado”. Originalmente el término “embolado” significaba literalmente ‘poner bolas de madera en los cuernos de los toros’, tal como sigue sucediendo en la interpretación particular de la fiesta taurina en Portugal. En este sentido se utiliza de forma figurada, ya que la acción “meter en un embolado” supone entrometerse en un peligro, en un inconveniente, ya que hay que acercarse al toro para conseguir inutilizar sus armas que son los cuernos. Relacionada con esta expresión es la de “coger o tomar al toro por los cuernos”, o, figuradamente, afrontar con decisión un asunto de problemática solución.

METER LA GAMBA:
El término “gamba” es sinónimo de 'pierna' y en el sentido en el que se utiliza la expresión “meter la gamba” equivale a la locución vulgar “meter la pata”. El término “gamba” está documentado en el argot de los maleantes de los siglos XVI y XVII y, posteriormente, en la obra de Salinas “El delincuente español. El lenguaje”, de 1896. Procede del término italiano gamba ('pierna') que lo toma del latín vulgar “camba” ('pierna, referida a la de la caballería'). Así la expresión meter la gamba es un sinónimo de meter la pata, con el significado de “equivocarse”, “errar” en un asunto.

METERSE EN CAMISA DE ONCE VARAS:
El significado de esta locución es inmiscuirse una persona en lo que no le importa. Es dicho tomado de la ceremonia de adopción tal y como se celebraba en Castilla en la Edad Media y que consistía en meter el adoptante la cabeza del adoptado por una manga muy ancha de su camisa y, sacándole por el cuello, le daba un beso tras lo cual este quedaba adoptado como hijo. Son numerosas las expresiones que aluden a esta costumbre como, "hijo ajeno", "meterlo por la manga y salirse por el seno" y "entrale por la manga y salirse os ha por el cabezón". Bastús, cuenta en "La sabiduría de las Naciones", serie 1ª, nº 89, que esta ceremonia la realizó Dª Sancha Velázquez para adoptar a Mudarra González, que sería posteriormente el vengador de sus hermanos los Siete Infantes de Lara. Respecto al significado actual del dicho, como inmiscuirse uno en lo que no le importa, quizás haya que buscarlo en la experiencia de que las adopciones a veces no salen como uno espera, por lo que sería mejor dejar las cosas como están.

METERSE EN UN LABERINTO:
Esta expresión popular indica estar en una situación comprometida o de difícil solución. Aplícase a las conductas imprudentes o a los discursos cuya evolución se va complicando a medida que avanzan. El laberinto ha sido, desde la Antigüedad, un símbolo del estado del hombre en el mundo. Elaborado como un juego, como un enigma o como una trampa, el laberinto ha ejercido una poderosa influencia sobre el ser humano. La invención del laberinto se atribuye a Dédalo, escultor y arquitecto y personaje mitológico, hijo de Alcipe y Eupálamo. Expulsado de Atenas por la acusación de haber asesinado a su sobrino, se estableció en Creta donde inventó diversos ingenios, tales como el autómata de Talos y muy especialmente el Laberinto, un conjunto de corredores y pasadizos subterráneos tan bien ensamblados y organizados que quien en el penetraba no podía salir.

MIRARSE EL OMBLIGO:
Según leemos en la página “1de 3”, “mirarse el ombligo es abandonarse a la autocomplacencia y al egocentrismo”. El origen de este modismo proviene de una antigua costumbre de la Iglesia cristiana primitiva ideada por los monjes hesicastas de la ortodoxa griega. Usando una técnica de rezos integrada con la respiración, los monjes acostumbraban a dejar caer la cabeza durante la meditación y por ello se les conocía como “omphalopsy cho” u "observadores del ombligo", pues algunos creían que el centro del alma humana se encontraba en el centro del cuerpo, en el ombligo, al que, por otra parte, otorgaban importancia como nexo de unión con la vida.

MONTAR UNA ESCENA:
La expresión “montar una escena”, evidentemente relacionada con la lexicografía teatral, significa ‘reaccionar ruidosamente ante una situación negativa, llamar la atención de los presentes mediante gritos, aspavientos y otras manifestaciones expresivas’ y en el mismo sentido se utiliza la locución “hacer un numerito”. La expresión tiene su origen en el mundo del teatro en el que se expresan habitualmente experiencias humanas y sentimientos personales para ser contemplados por el público. De igual manera, la reacción airada ante una situación que contraría a una persona delante de otros se considera análoga a una representación dramática.

MORDER EL POLVO:
Esta expresión, tan usada en las películas y novelas del salvaje Oeste tiene, sin embargo, un origen mucho más antiguo. Los caballeros de la Edad Media, cuando se sentían mortalmente heridos en una batalla o en el lance de un torneo, tomaban un puñado de tierra y lo mordían, como beso postrero de respeto y despedida a la madre Tierra, que los había sustentado y que ahora iba a recibirles en su seno. Este ritual dio lugar a la expresión “morder el polvo”, que equivale a humillarse, a darse por vencido.

MORIR DE AMOR:
Se habla corrientemente de las agonías del amor, y el tema inspíra óperas, best-sellers, tangos, boleros y culebrones. La idea de que el sentimiento amoroso está fatalmente asociado con el final de la existencia nos viene desde muy atrás como lo prueban las lenguas más antiguas. Del indoeuropeo (lengua madre del sánscrito, el griego y el latín) heredamos la raíz wen- que significa desear intensamente, querer, amar. De allí viene Venus, nombre de la diosa del amor, de donde salió venéreo, que antes se refería al amor físico y hoy sólo se aplica a ciertas enfermedades sexuales. Y también venerado, persona idolatrada. Pero los filtros de amor y los sufrimientos atroces propios de un amor no correspondido hicieron que de la misma raíz wen- derivase además una palabra terrible, veneno. Así surgió la alianza entre las palpitaciones del corazón y su interrupción definitiva. Amar y morir quedaron unidos, sobre todo entre los románticos y los adolescentes, tan amigos ambos de las expresiones tremendas. Cuando "morir de amor " no va más allá de una manera de hablar, la sustituye una frase bastante más prosaica: “ hay amores que matan”.

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES:
No es muy segura la procedencia de esta locución, aunque es sobradamente conocida en España una anécdota que podría explicar el origen del dicho. Según relato del conde de Clonard, en 1597 las tropas españolas tomaron la ciudad francesa de Amiens, merced a una treta urdida por el capitán Hernán Tello de Portocarrero, que vistió de labradores a dieciséis de sus soldados que hablaban muy bien el francés. Estos hombres penetraron en la ciudad provistos de sacos de nueces, cestos de manzanas y un carro de heno. Apenas entraron en la ciudad, uno de los soldados dejó caer voluntariamente uno de los sacos de nueces, lo que movió a los soldados franceses a recogerlas del suelo. Esta situación permitió a los españoles que sacaran sus armas de la carreta de heno y así consiguieron reducir a las tropas locales, permitiendo el asalto de una columna invasora. Posteriormente, los franceses recobraron la plaza, pero la astucia de la estratagema habría dado origen al dicho “ser más el ruido que las nueces”. Con el correr del tiempo, la frase pasó a formar parte del léxico popular, como manifestación de exagerada demostración de un hecho que no tiene tanta trascendencia.

MÚSICA CELESTIAL:
Desde la más remota antigüedad ha sido muy debatido el tema de la existencia o no, de tres clases de música: la instrumental, conocida por todos; la música humana, que reflejaría la armonía entre el cuerpo y el espíritu y la música celestial o mundana, también llamada "música de las esferas", considerada inaudible para los sentidos, pero que está determinada por la velocidad y distancia de los astros. Incluso, se llegó a afirmar que las siete notas de la escala musical se correspondían con los siete planetas del sistema Solar, mientras que las doce consonancias o series de acordes equivalían a los doce signos del Zodíaco. Para algunos, hasta se volvió motivo de preocupación averiguar si en el Cielo se cantaría esa música. Todas estas quiméricas conjeturas acabaron por dar origen a la expresión “esto me suena a música celestial”, que con el correr del tiempo se aplicó para desdeñar -por vanas e inútiles- aquellas promesas que se hacen envueltas en palabras sonoras, vanas y engañosas.

MANTENERSE EN SUS TRECE:
Esta es una locución de origen controvertido. Mientras algunos sostienen que proviene de la obstinación con la que el antipapa español Pedro de Luna defendió sus derechos al solio pontificio bajo el nombre de Benedicto XIII, durante el cisma de Occidente, para otros es simplemente un modismo residual que proviene de cierto antiguo juego de naipes, en el que, a la manera del que nosotros conocemos como el siete y medio, la cantidad de tantos máximos para poder ganar el juego era "quince". De esta forma, sucedía con mucha frecuencia que el jugador, al alcanzar ocasionalmente los trece puntos y por temor a pasarse de la cantidad ideal, rehusaba pedir otra carta y se plantaba en ese número, el trece. Sea cual fuere el origen de la locución, la expresión “mantenerse en sus trece” ha pasado al lenguaje popular como sinónimo de terquedad y persistencia porfiada en mantener una opinión contra viento y marea.

MARCARSE UN FAROL:
La frase hecha “marcarse / echarse / tirarse un farol” significa ‘mentir, exagerar’, digamos que estratégicamente. Tiene su origen en ciertos juegos de cartas, como en el “póker”, en los que un “farol” es la mentira “estratégica” que expresa un jugador acerca de las cartas que tiene o, más bien, que dice tener, haciendo una apuesta exagerada y osada, de manera que el resto de los jugadores se queden deslumbrados (de ahí el origen de la palabra) y retiren sus apuestas o jueguen sin demasiada fe en el triunfo de sus cartas.

MARCHARSE O DESPEDIRSE A LA FRANCESA:
Haciendo porte de histórica mala educación , en Francia, durante el siglo XVIII se comenzó a estilar marcharse de una reunión o de la mesa sin saludar, ni siquiera hacer el menor gesto de cortesía. Con el tiempo esta práctica se generalizó tanto que marcharse saludando comenzó, irónicamente, a convertirse en algo señal de mala educación.

MÁS FEO QUE PICIO:
Para ponderar la fealdad de alguien se dice que es más feo que Picio, supuesto personaje a quien de feo que era, al morirse le dieron la extremaunción con caña, por lo asustado que estaba el párroco. El autor José María Sbarbi asegura haber hablado con personas que conocieron a Picio, un zapatero de principios del siglo XX que vivió en el pueblo granadino de Alhendín. Se dice que este hombre fue condenado a muerte, pero que hallándose en capilla recibió el indulto. La impresión de la noticia le produjo la pérdida total del pelo, aparte de una serie de increíbles deformaciones en el rostro que le hicieron pasar a la leyenda española como símbolo extrremo de la fealdad física.

MÁS MORAL QUE EL ALCOYANO:
Esta expresión popular, que tuvo su origen en los ambientes futbolísticos españoles de la década de los cincuenta del pasado siglo, se suele utilizar para alabar el empeño y la fé de una persona en el logro de un objetivo aparentemente imposible de conseguir. Su origen, como decimos al inicio, data de los años cincuenta, tras un partido de fútbol disputado en la bella ciudad alicantina de Alcoy. La historia cuenta que casi al final del encuentro el equipo del Alcoyano iba perdiendo en casa por 13 goles a 0. A pesar del resultado adverso, los jugadores del equipo ponían tanto empeño en remontar como si el partido acabara de empezar. En realidad, tal versión no es correcta : la frase hace alusión a la primera y única temporada en la que el citado equipo del Alcoyano militó en la Primera División de la Liga española, contando por goleadas en contra la mayoría de los partidos disputados, tanto en su campo como en campo ajeno.

MÁS VIEJO QUE MATUSALEM:
Dícese de algo o de alguien de muy avanzada o provecta edad. Alude a la mítica longevidad del patriarca de la Ley Antigua de los hebreos, llamado Matusalem al que hace referencia el Libro del Génesis (cap. 5º. vers. 25, 26 y 27): "Matusalem vivió 187 años, y engendró a Lamec. Y vivió Matusalem después que engendró a Lamec, 782 años, y engendró hijos e hijas. Con lo que todos los días que vivió Matusalem fueron 969 años". El tal Matusalem, si es que existió, debió nacer, según las Viejas escrituras de los judíos, alrededor del año 4227 y debió morir, siempre hipotéticamente, sobre el año 3308 a. de C. y fue abuelo del patriarca Noé, según siempre las citadas Escrituras. Es de advertir que en aquella época el cómputo de los años difería del actual y que la media de la mortalidad del hombre podría alcanzar, siendo muy optimistas, los cincuenta años. Muy sanísimo debió estar el tal Matusalem y en cuanto a lo de engendrar tantos hijos y a tan provecta edad, mejor correr un tupido velo.

MATAR AL MENSAJERO:
Este dicho popular se utiliza en el sentido de acusar a una persona que da una mala noticia de ser el origen o la causa de los males que cuenta. También se utiliza para lamentar la injusticia y el desagradecimiento de las personas que reciben una mala nueva por su ira contra el mensajero. Se trata de una costumbre ancestral, referida ya en los más antiguos libros sagrados : el portador de malas noticias era castigado y sometido a escarnio. En ocasiones, se ahorcaba al mensajero o se le cortaba la lengua o la cabeza. En Grecia y Roma continuó tan desafortunada tradición. Durante la Edad Media era frecuente azotar a los mensajeros que traían desagradables comunicados. Por el contrario, el mensajero que portaba buenas nuevas era agasajado y tratado con honores.

ME LO DIJO UN PAJARITO:
En Grecia y Roma, sobretodo en la última, se creía que los pájaros, al ser dueños del vuelo, poseían características magnificas de percepción. Como con el tiempo comenzaron a ver que ante una tormenta severa las aves eran las primeras en evacuar la región, los romanos, las designaron como portadoras del saber futuro. De hecho el rito de los Augurios, donde se intentaba predecir el futuro, se basaba en observar el volar de los pájaros -al igual que lo hicieran Rómulo y Remo esperando ver 12 pájaros para fundar Roma-. De Aquí viene que el dicho “me lo dijo (contó) un pajarito” signifique que nos enteramos de algo “misteriosamente”.

MEA CULPA:
Sintácticamente, esta expresión de origen latino es un complemento circunstancial de causa y su traducción literal es “por mi culpa”. Sin embargo se ha substantivado, y cuando uno entona el mea culpa quiere decir que se está declarando culpable de alguna acción negativa. La expresión está tomada de la liturgia de la misa cristiana, cuando se decía en latín y el sacerdote se declaraba pecador y dándose tres golpes de pecho decía “mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa”, que significa “por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa”.

MOVER EL ESQUELETO:
Esta expresión castiza y muy extendida en España se refiere ni más ni menos que a la práctica del baile, de la danza, como ejercicio lúdico. Debe su origen, por asociación memorativa, a una vieja y marchosa canción que alegró los corazones y aligeró los pies de generaciones de jóvenes en aquellos tristes años de la postguerra española, el “Rascayú”, una de cuyas estrofas tenía esta letra: "El viejo enterrador hizo amistad / con muchos esqueletos / que salían bailando una sardana / y mezclaban sus voces de ultratumba / con el croar de alguna rana".

LÁGRIMAS DE COCODRILO:
La imagen del cocodrilo ha tenido siempre connotaciones misteriosas, sobre todo en lo concerniente a la actitud del animal ante sus víctimas. Desde tiempos inmemoriales se ha sostenido que el saurio, para atraer a sus presas, emitía un extraño e insinuante gemido. Otros autores indican que, una vez devorada la presa, el temible reptil lloraba sobre los despojos de su comida, quizás afligido porque el festín hubiese terminado tan pronto y no falta quien asegura que suele comerse a sus propias crías, desconociendo en este caso que la hembra acomoda a los más pequeños dentro de sus fauces para llevarlos al río, donde luego los suelta para que comiencen a nadar por sus propios medios. Asimismo, se sabe que las famosas lágrimas de cocodrilo son una secreción acuosa que mantiene húmedos los ojos del animal, fuera del agua, pero no tienen nada que ver con el llanto, debido a que las glándulas salivales y las lacrimales de este animal están situadas muy cerca las unas de las otras y por eso se estimulan constantemente, lo que hace que al animal pueda llorar mientras come. Todo ello, sumado a la fantasía popular, sirvió para dar origen a la expresión “lágrimas de cocodrilo”, con la que suele aludirse al dolor fingido de alguien ante cualquier suceso desgraciado, dolor que no es tomado en serio por ninguna de las personas que lo contemplan.

LAS COSAS CLARAS Y EL CHOCOLATE ESPESO:
Cuando el monje español Fray Aguilar envió desde América las primeras muestras de la planta de cacao a sus colegas de congregación del Monasterio de Piedra, para que la dieran a conocer, al principio no gustó, a causa de su sabor amargo, por lo que fue utilizado exclusivamente con fines medicinales. Posteriormente, cuando a unas monjas del convento de Guajaca se les ocurrió agregarle azúcar al preparado de cacao, ese nuevo producto causó furor, primero en España y luego en toda Europa. En esos tiempos, mientras la Iglesia se debatía sobre si esa bebida rompía o no el ayuno pascual, el pueblo discutía acerca de cuál era la mejor forma de tomarlo: espeso o claro. Para algunos, el chocolate se debía beber muy cargado de cacao, por lo que preferían el chocolate espeso, o sea, "a la española"; para otros, el gusto se inclinaba por la forma "a la francesa", esto es, más claro y diluido en leche. Los ganadores, finalmente, fueron los que se inclinaron por el chocolate cargado, por lo que la expresión “las cosas claras y chocolate espeso” se popularizó en el sentido de llamar a las cosas por su nombre. Existe también alguna variante del dicho en comunidades como Andalucía, sustituyendo las “cosas” por las “cuentas”.

LAS PAREDES OYEN:
Es una locución de procedencia francesa, del tiempo de las persecuciones contra los hugonotes que culminó en la histórica "Noche de San Bartolomé" o "Noche de los cuchillos largos", episodio sangriento de las luchas religiosas que asolaron Francia en la segunda mitad del siglo XVI. El hecho fue promovido por Catalina de Médicis y el duque de Guisa quienes instigaron a los católicos a llevar a cabo una matanza de hugonotes (seguidores de Calvino), la noche del 24 de agosto de 1572. Según algunos historiadores, en aquellos tiempo, la reina Catalina de Médicis mandó construir, en las paredes de sus palacios, conductos acústicos secretos que permitieran oír lo que se hablaba en las distintas habitaciones, para así poder controlar cualquier conspiración en su contra. La frase “las paredes oyen”, con el paso del tiempo, pasó a ser utilizada como señal de secretismo y discreción acerca de lo que se dice en determinado momento y lugar para evitar los daños inherentes a su propalación.

LEVANTAR AMPOLLAS:
Aplícase al hecho, acción o circunstancia que de algún modo viene a causar una molestia o desazón notables. El significado de la expresión resulta de la comparación con el efecto que nos produce la aparición de una "ampolla ('el levantamiento de la epidermis que está llena de un líquido acuoso) en la piel. Esta expresión coloquial , de muy frecuente uso en el léxico popular español, suele utilizarse como sinónimo de asombro e indignación ante un acontecimiento o comportamiento humano sumamente desagradable.

LEVANTARSE CON EL PIE IZQUIERDO:
El uso de esta locución está referido a la superstición, en el sentido de “tener mala suerte”, atribuida en este caso al hecho de haberse levantado de la cama por el lado izquierdo. Al contrario que las expresiones que utilizan el término derecho/a, cuando se utiliza el concepto de izquierdo/a se le relaciona normalmente con la mala suerte (así los presagios de las aves que volaban por la izquierda, etc.) Tanto se cargó de sentido negativo la palabra que servía para designar la dimensión situada a la izquierda del centro (sinister), que acabó designando algo terrorífico, que da miedo (siniestro).

LIGERO DE CASCOS:
Dícese de la persona informal e irreflexiva, aunque también suele aplicarse a las mujeres de costumbres libres en asuntos amorosos, en la forma “alegre de cascos”. El modismo, acompañado por el verbo “ser” invariablemente, hace alusión a la primera acepción del término “casco” en el DRAE, cual es la caja encefálica del cráneo. Es así que el sentido literal del modismo se aplica a la persona de cerebro vacío o insustante, de cabeza liviana, del mismo modo que el término de “calavera” se aplica a las personas de poco juicio, de poco asiento, definición referida al juerguista. Con el término “casco” se construyen otros modismos tales como : *“Calentar los cascos” (a alguien), en el sentido de alborotar a una persona o hacerle concebir deseos o ilusiones. *“Calentarse, romperse o quebrarse los cascos” : cavilar o reflexionar mucho. *“Calentársele a alguien los cascos”, tal sería perder la paciencia. *“Levantar los cascos “ o “levantarse de cascos”, referido a la inquietud por la atracción sexual.

LLÁMALE HACHE:
Hasta el siglo XVI, la letra "h" en nuestro idioma castellano tenía un valor fricativo laríngeo y se la pronunciaba casi como una jota, lo que hoy solemos decir una "hache aspirada". Pero al hacerse átona por pérdida de ese sonido, cayó en desuso en el habla popular. Como consecuencia nació el modismo “llámale hache”, equivalente en el lenguaje coloquial a "da lo mismo una cosa que otra", o sea, que no es significativa la presencia o ausencia de la letra hache, por la carencia de valor fonético. Entre la juventud española de los años sesenta del siglo XX , la locución “llámale hache” se convirtió en una respuesta evasiva ante una pregunta inoportuna o de difícil contestación, dándole un leve toque de misterio matemático y convirtiéndola en “llámale hache y despejala”, en alusión a la X de las ecuaciones.

LLEVAR AL HUERTO:
Las expresiones homólogas “llevar al huerto” tanto como “llevarse al huerto”, significan conducir a alguien con engaño a una situación de la que se podía sacar provecho. En el Diccionario de Autoridades se lee: "Meter en la huerta. Frase que significa engañar a alguno valiéndose de medios que juzgue que redundan en su utilidad o gusto." La frase alude al prendimiento de Jesús en el Huerto de los Olivos, en el que Judas, con engaño, condujo a la situación propicia para capturarle. Otra versión de esta frase y con el mismo significado tiene su origen en los sucesos del “Huerto del Francés” en Palma del Río, Córdoba, al que fue conducido un ciudadano en los años treinta del pasado siglo para ser robado, asesinado y enterrado allí mismo. En el “Huerto del Francés” había una timba o casa de juego clandestina a la que eran conducidos los incautos ludópatas de la época para hacerles perder cuantiosas cifras de dinero.

LLEVARSE EL GATO AL AGUA:
Esta frase hecha significa ‘salir victorioso en una disputa’. Su procedencia más remota pudiera atribuirse a la época clásica, cuando griegos y romanos solían practicar un juego en el que dos equipos tiraban de los extremos de una cuerda, cuyo centro se encontraba sobre una charca o riachuelo; ganaba quien conseguía que los contrarios fueran arrastrados al agua, lo que en bastantes ocasiones solía suceder estando los jugadores perdedores “a gatas” porque habían perdido estabilidad al ser vencidos. La verdad es que no es muy convincente esta explicación del modismo, pero, rastreando por sucesivas posibles fuentes no hemos encontrado otra versión acerca del origen de la frase.

MANDAR A LA PORRA:
Antiguamente, en el ámbito militar, el soldado que ejecutaba el tambor mayor del regimiento llevaba un largo bastón, con el puño de plata y mucha parafernalia detrás, al que se llamaba "porra". Por lo general, este bastón era clavado en un lugar alejado del campamento y señalaba el lugar al que debía acudir el soldado que era castigado con arresto: "Vaya usted a la porra", le gritaba el oficial y el soldado, efectivamente, se dirigía a ese lugar y permanecía allí durante el tiempo que se mantenía el castigo. Posteriormente, fue cambiada la forma de castigo, pero la expresión mandar a la porra quedó en el uso del lenguaje del pueblo con un matiz netamente despectivo.

IRSE AL HUMO:
Expresión muy nuestra que equivale a lanzarse atropelladamente en procura de algo. Existen dos versiones acerca de su origen, ambas relacionadas con la guerra contra el indio. La primera figura en la segunda parte de Martín Fíerro y se refiere a las llamadas que se hacían las tribus para combatir en malón: "Su señal es un humito" -dice José Hernández- "que se eleva muy arriba./ De todas partes se vienen / a engrosar la comitiva ( ... ) para formarla han salido / de los últimos rincones." La segunda versión la registra Lucio V. Mansílla quien en Una excursión a los indios ranqueles comenta: "El fuego y el humo traicionan al hombre de las pampas, significando que una fogata mal apagada o la pólvora que quemaban los fusiles bastaban para que lanzas y boleadoras acudiesen a la humareda". La frase se ha modernizado, pero conserva su sentido original. Ya sea cuando un humito apetitoso nos impulsa a atropellar en busca de una porción de asado o cuando un fallo dudoso hace que el malón de una hinchada se vaya al humo contra el á r b i t r o .

IRSE DE PICOS PARDOS:
Carlos III impuso a las prostitutas de la época que vistieran una saya de color pardo que acababa en picos por los bajos. De ahí viene la expresión, de los hombres que iban con prostitutas.

IRSE POR LOS CERROS DE ÚBEDA:
Se utiliza esta expresión cuando alguien que mantiene una conversación sobre determinado tema se sale de la línea argumental de su discurso y le da otra orientación. También se utiliza cuando se contesta a una pregunta cuya respuesta no tiene nada que ver con la pregunta formulada, bien de forma intencionada o bien de manera inconsciente. El origen de este dicho parece que se remonta a los tiempos de la Reconquista española, en el siglo XIII, cuando las tropas del rey Fernando III el Santo estaban a punto de atacar Úbeda (Jaén). Uno de los capitanes del ejército desapareció antes de entrar en combate y apareció justo después de la conquista. Al ser preguntado por su ausencia contestó que se había perdido por los cerros de Úbeda.La frase quedó desde entonces registrada como sinónimo de cobardía, aunque en la actualidad haya cambiado su significado original por los aludidos al principio.

IRSE EL SANTO AL CIELO:
Este popular modismo castellano suele utilizarse para indicar que una persona se ha despistado mientras hacía o se decía algo en su presencia, de tal manera que ha perdido la atención y no sabe volver al punto en el que se encontraba. Suele referirse más concretamente para aludir a la persona que se ha olvidado del tema del que estaba hablando y también hace referencia a aquellas personas, como nuestros místicos del Siglo de Oro, que cuando estaban rezando entraban en trance y se transportaban a una dimensión religiosa superior, más allá de la realidad humana de la que partían.

JODER LA MARRANA:
Esta expresión popular, tan vulgarizada, curiosamente nada tiene que ver con el nombre de la hembra del cerdo. Se denomina “marrana” y ”marranal”(de “marrano”, madero del fondo de un pozo) al eje de la rueda de la noria por el ruido que produce al girar, semejante al gruñir del animal citado. Antaño, era habitual que tras las labores de recogida del grano, se amontonasen los labradores en los molinos, con la intención de moler el fruto de sus cosechas, produciéndose con frecuencia disputas acerca de quien debería ir primero, para así vender antes su harina. Era frecuente que a quien no le parecía adecuado el orden que le correspondía en el reparto de los turnos, tiraba al descuido piedras, palos o cualquier otro objeto,para interrumpir el giro de la noria del molino y así 'joder la marrana'. ”Joder” en la acepción más latina del término que lo originó: “futuere”:molestar, destrozar, arruinar, echar a perder, que no con el uso metafórico figurado con el que se utiliza actualmente.

JUGAR A DOS BANDAS:
La expresión “jugar a dos bandas”, de connotaciones diplomáticas en su sentido positivo, posiblemente proceda de la estrategia del juego del billar, aunque también es utilizada para calificar el comportamiento de una persona de la que se dice que no toma deliberadamente una posición clara ante una disyuntiva, que no está de acuerdo con dos bandos en litigio, con dos opiniones enfrentadas. En tal interpretación adquiere un significado negativo, ya que esta actitud es precavida y no sincera y lo único que busca es no perder, jugar a caballo ganador, ya que en un caso o en otro siempre quedará a salvo su comportamiento.

LA BIBLIA EN VERSO:
En el año 1839 nació en Igualada (Barcelona) un hombre llamado José María Carulla, que se destacó no tanto por su oficio de abogado como por haber sido servidor del Papa Pío IX y fecundo versificador, que no poeta, y que, entre otras peripecias de su vida, fue fundador y director del periódico "La civilización" y célebre polemista católico. La Santa Sede lo distinguió con la Cruz del Mérito, en reconocimiento a su ambicioso empeño en trasladar el texto en prosa de la Biblia (o parte de ella) a la forma versificada. Como era de esperar, la ardua tarea de versificar tan magna obra fue mucho más difícil de lo que él pensaba, puesto que no había sido favorecido por la naturaleza en el reparto de talentos, particularmente en lo concerniente al don de la poesía. De manera que el resultado del esfuerzo -concretado en setenta y tres gruesos volúmenes- terminó por ser un fárrago inaudito de rispideces que durante mucho tiempo fue motivo de chanza en todos los cenáculos literarios y tanto fue así, que desde entonces, el dicho “la Biblia en verso” se usó como sinónimo de todo aquello que por su farragoso atrevimiento y confusión resulta difícil de digerir.

LA MANZANA DE LA DISCORDIA:
Con esta locución suele aludirse al motivo de una disputa o pelea. Proviene de la leyenda mitológica de la “manzana de oro” , cuando en el banquete de bodas de Tetis y Peleo la diosa Discordia arrojó sobre la mesa del ágape el aureo fruto, que llevaba esta inscripción : “Para la más hermosa”, dedicatoria que promovió una agria disputa entre Juno, Palas y Venus, cada una de las cuales se consideraba la más bella de las presentes en el acontecimiento nupcial. Resolvió la cuestión Paris, nombrado juez por Júpiter, otorgando la manzana a la diosa Venus.

LA MONDA LIRONDA:
Esta expresión parece proceder de un cruce entre "ser la monda" y "mondo y lirondo". Por lo que respecta a "ser la monda", el Diccionario de la Real Academia la incluye en la primera acepción de la palabra "monda" ('acción o efecto de mondar') con lo que da entender, implícitamente, que esa es su etimología. No obstante, la "monda" es también, en algunos lugares de España, una ofrenda que se realiza con motivo de la Pascua de Resurrección (al parecer su origen está en las ofrendas que hacían los romanos a la diosa Ceres). En Cataluña, donde su nombre es "mona* de Pasqua", está muy extendida y consiste en un pastel que los padrinos regalan a sus ahijados en dicha fecha. No queremos descartar la posibilidad de que el regocijo que acompaña a la festividad en que se regala la "monda" o "mona" tenga algo que ver con la expresión. Por lo que respecta a "lirondo", Coromines sostiene que se trata de un cruce entre los adjetivos "liso" y "morondo", este último, a su vez, cruce entre "mondo" y "orondo".

LA MUJER DEL CÉSAR:
Según cuenta Plutarco en sus "Vidas paralelas", un patricio romano llamado Publio Clodio Pulcro, dueño de una gran fortuna y dotado con el don de la elocuencia, estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César. Tal era su enamoramiento, que en cierta oportunidad, durante la fiesta de la Buena Diosa -celebración a la que sólo podían asistir las mujeres- el patricio entró en la casa de César disfrazado de ejecutante de lira, pero fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño y sacrilegio. Como consecuencia de este hecho, César reprobó a Pompeya, a pesar de estar seguro de que ella no había cometido ningún hecho indecoroso y que no le había sido infiel, pero afirmando que no le agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechosa de infidelidad, porque no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo. La expresión, con el tiempo, comenzó a aplicarse en todo caso en el que alguien es sospechoso de haber cometido alguna ilicitud, aun cuando no hubiera dudas respecto de su inocencia.

HACER NOVILLOS:
El Diccionario de la Real Academia da como significado de esta expresión: "dejar uno de asistir a alguna parte contra lo debido o acostumbrado, especialmente los escolares a la escuela". Quizás el sentido de la expresión proceda de la creencia que existía en la España medieval de que los judíos adoraban a una novilla o tora. Esta creencia debe proceder de la Biblia, donde se dice que Dios castigó al pueblo de Israel por haber abandonado su culto y construido un becerro de oro al que adoraban (Éxodo, 32), pero también debe haber contribuido a ello la confusión de la palabra Torah (la ley de los judíos) con la palabra española "toro". Teniendo en cuenta que el significado original de la expresión es "dejar uno de asistir a alguna parte contra lo debido", se puede suponer que la creencia de que los judíos fabricaban "novillos" en lugar de hacer lo debido (es decir, adorar a Dios), pudo dar lugar a la expresión, que más tarde adquirió el significado que hoy le damos. No obstante, se trata simplemente de una hipótesis (bastante aventurada), ya que, a pesar de tratarse de una frase muy conocida, su origen no aparece en ningún diccionario etimológico.

HACER PUCHEROS:
Utilizase esta expresión popular cuando un bebé dobla hacia fuera el labio inferior, con una mueca de pena y parece a punto de llorar. Este comportamiento indica que está “haciendo pucheros”. Según la Real Academia Española, el uso coloquial de la expresión "hacer pucheros" se define como "gesto o movimiento que precede al llanto verdadero o fingido". Su origen pudiera proceder de la antigua Roma, en la que era costumbre entre los ciudadanos adultos asir a un niño por las orejas con el objeto de darle un beso, de igual manera a como se agarra la olla del puchero por las asas. Es evidente que este acto provocaba en ocasiones el llanto del menor o, cuando menos, el gesto triste y apenado que precede al llanto.

HACERSE EL LONGUIS:
El significado de esta popular expresión española, con influencias del “caló”, es hacerse, a propósito, el inocente o el distraído, desentenderse a posta de alguna cuestión o disimular que no se ha escuchado o ha pasado inadvertida una pregunta directa o indirecta. La frase suele ser utilizada con el sentido de reproche del interlocutor que habla al que se desentiende de la pregunta o cuestión planteadas. La influencia del caló es el vocablo “longuis” o “longui” (se utilizan ambos en el lenguaje cotidiano) que es sinónimo de inocente, tonto o alelado.

HACERSE EL SUECO:
Es sinónimo de hacerse el desentendido, de no hacer caso alguno a los cargos o reflexiones que se le hagan a una persona. Dicho de otro modo también, 'hacerse el tonto'. Esta locución está expresada erróneamente por mimetismo fonético y no proviene del calificativo de los habitantes de Suecia sino de la palabra latina “soccus”, que era una especie de pantufla usada por las mujeres y los comediantes. De hecho, “soccus” era el calzado que en el teatro romano antiguo llevaban los cómicos, a diferencia del “coturno” con el que elevaban su estatura los trágicos. De “soccus” viene zueco (zapato de madera de una pieza), zocato (zurdo) y zoquete (tarugo de madera corto y grueso), palabra ésta que se aplica al hombre torpe y obtuso. De aquí que, hacerse el sueco, equivalga a decir hacerse el torpe, el tonto, el que no entiende nada lo que se le dice.

HACERSE LA BOCA AGUA:
La presencia de un manjar apetitoso no sólo despierta el deseo de saborearlo, sino que activa de manera automática la secreción de las glándulas salivales, ubicadas en nuestra boca. Tan es así, que a veces, la sola mención de un plato determinado es suficiente para producir ese efecto; y lo mismo sucede cuando estamos presenciando una película o un programa de televisión y en la pantalla se nos presenta un delicioso manjar: automáticamente, nuestras glándulas salivales comienzan a segregar su líquido. Este fenómeno que más de una vez hemos experimentado, da origen a la frase que metafóricamente utilizamos para aludir a algo que nos produce esa sensación de saborear cierto manjar. Obviamente, la locución “hacerse la boca agua” no se limita al deseo, a la ingestión y al paladeo de una comida. Suele aplicarse, en sentido figurado, como referencia a un acto instintivo y placentero de inminente realización, en el más pleno sentido de la palabra y no sólo en el sentido gastronómico.

HOGAR DULCE HOGAR:
La frase -Home sweet home, en el original- es parte de una e cación cuya versión española sería: “Por más que cruzemos / la tierra y el mar / siempre extrañaremos tan bello lugar: ¡Hogar dulce hogar!". Pertenece a una pieza teatral estrenada en Londres en 1823. Su autor, John Howard Payne, fue un excelente dramaturgo y actor norteamericano que vivió en Europa, De Payne es también la letra de esa canción, que prendió en los corazones ingleses en una época en la que las conquistas del Imperio británico obligaban a muchos a dejar su patria para residir en las colonias. Desde hace 170 años la expresión se repite en todo el mundo. A veces con ironía, cuando la casa se alborota demasiado. Y, con mayor frecuencia, para resumir nuestra añoranza, al sentirnos lejos de la familia y de los objetos queridos. 0 al volver a ellos.

IN FRAGANTI:
Esta locución latina literalmente significa 'en el fuego', pero en el lenguaje coloquial se relaciona con una persona hallada “in fraganti” realizando una acción determinada, lo que significa que ha sido sorprendida en el mismo momento de realizar la acción, en cuyo caso la locución adquiere una connotación negativa. “In fraganti” es un sinónimo de la frase hecha “coger a alguien con las manos en la masa”. El origen de la expresión está referido a “flagrare “arder', de donde deriva “flagrante”, término que se aplica a los delitos evidentes.

IR DE TIROS LARGOS:
En tiempos pasados cada propietario de coche de caballos de España era libre de colocar en su vehículo la cantidad de caballos que quisiera, aunque solamente el rey y algunos altos dignatarios de la Corte disfrutaban del privilegio de ubicar el tiro delantero a mayor distancia de los tiros traseros. Con tal objeto alargaban los tiros por medio de extensas correas y llegó a tanto la exageración competitiva de los alargamientos que los tirantes llegaron a medir cuatro o cinco varas de longitud (casi cuatro metros y medio). A esta clase de arreo se le llamaba “tiros largos” y el modismo pasó -por extensión- al lenguaje común para designar el vestido de gala o cualquier otra lujosa impedimenta de ocasión.

IRSE A FREIR ESPÁRRAGOS:
Se utiliza esta locución coloquial, en sentido imperativo, cuando se desea que desaparezca de la vista una persona o para rechazar determinado comportamiento. En términos latinos solía utilizarse el siguiente proverbio: “Citius quam asparagi coquantur”, lo que traducido viene a significar "en lo que cuecen los espárragos", es decir con rapidez y sin tiempo que perder, ya que el espárrago, al primer hervor, debe ser apartado del fuego. De cocer se pasó a freír, tratamiento imperativo que equivale a invitar a una persona a que desaparezca de la vista del interlocutor que lo profiere, o , lo que coloquialmente se expresa con enviarla a freír espárragos.

IRSE A HACER PUÑETAS:
Suele utilizarse esta castiza frase en sentido peyorativo, cuando se quiere significar el deseo de que una persona se aleje de la vista del interlocutor que la expresa o, simplemente, intenta mostrarle rechazo ante un determinado comportamiento importuno. Las “puñetas” se refieren al nombre de las bocamangas de algunas togas, que se adornaban con bordados o puntillas. El bordado y puntilleo exigían un trabajo lento, arduo y paciente por parte de las mujeres que lo elaboraban. De ahí que la expresión indique que no se desea ver a la persona a la que se envía a hacer puñetas en un largo periodo de tiempo.

ESTO ES JAUJA:
Jauja es la capital de la provincia peruana de Junín, famosa desde la época de la colonia por la fertilidad de su suelo y por los privilegiados dones de salubridad que le atribuían. Durante los tiempos de la colonización, era un codiciado lugar de reposo, sobre todo para los enfermos del aparato respiratorio, por lo que su fama se hizo legendaria y llegó a España, traída por los peruleros o emigrantes enriquecidos en aquel país. El escritor Lope de Rueda, por su parte, influido por las noticias que de esa tierra traían los viajeros, dio el nombre de Jauja a una ciudad ficticia llamada "La tierra de Jauja", en la que describe el lugar como la isla del oro en la que los árboles dan buñuelos, los ríos, leche, las fuentes, manteca y las montañas, queso. Por supuesto, la fantasía popular terminó por identificar a la ciudad de Jauja con el Paraíso, de manera que las expresiones esto es Jauja y vivir en Jauja quedaron para siempre como equivalentes de pasar una vida sin sobresaltos y con el bienestar asegurado. El dicho nada tiene que ver con Jauja, localidad de la provincia de Córdoba.

GOZAR DE LA FRESCA VIRUTA:
"Usted estaba sentado gozando de la fresca viruta." Así da comienzo Roberto ArIt a Psicología simple del latero, una de sus inolvidables Aguafuertes porteñas. Tres líneas más adelante habla nuevamente de la fresca viruta al describir a su protagonista apoltronado en una silla de café, bebiendo cerveza bajo un toldo y repitiéndose, hasta el hartazgo, que la vida tiene sus partes lindas. "Gozar de la fresca viruta" consiste en eso: pasarla bien sin preocuparse por nada y disfrutando lo que se tiene a mano. Pero ¿qué relación existe entre el dolce far niente y eso que el diccionario define como lámina fina y enrulada que sale de la madera al cepillar?. Ocurre que hasta no hace mucho era común aprovechar la viruta para rellenar colchones. Tanto las tiras de madera como el aire que queda entre ellas son excelentes aislantes del calor. El relleno, además, se acomoda muy bien al peso y la forma del cuerpo. Por eso, en la era preplástica, la viruta fue parte del ocio. Y gozar de ella, un arte, que como dice muy bien Arlt, hacía sentir la vida más linda. Más liviana, más mullida y más fresca.

GUARDAR COMO ORO EN PAÑO:
Esta frase hecha significa ‘conservar o proteger una cosa de apreciable valor con mucha prudencia y sumo cuidado’. Su origen proviene de la antigua costumbre de guardar los objetos más valiosos de la casa (oro y plata, fundamentalmente) entre paños, para evitar su deterioro. En nuestros días la expresión ya no refiere sólo a la acción en sí, sino a cualquier acto de ocultar en lugar seguro lo más valioso que una persona pueda poseer.

HA PASADO UN ÁNGEL:
Es una locución que suele emplearse cuando en una conversación generalizada se produce un silencio absoluto. Tal silencio no debe atribuirse en su origen, como es creencia general, al asombro que produjo en los pastores de Belén la aparición del ángel que les anunciaba el nacimiento del niño Jesús, sino que tiene un origen más siniestro. La explicación hay que tomarla del rastro de muerte que el ángel exterminador produjo entre los primogénitos de los egipcios, cuando fue enviado por Dios como la décima plaga (Exodo III, 19, -21, ) y que produjo la liberación del pueblo judío, hasta entonces mantenido como esclavo por el faraón egipcio, dando lugar al comienzo del largo éxodo en busca de la tierra prometida, capitaneado por Moisés.

HABLANDO DEL REY DE ROMA...:
Hablando del rey de Roma por la puerta asoma. Este modismo se utiliza cuando en una conversación se están refiriendo a una persona y en ese momento aparece en presencia de los interlocutores. En el origen histórico de la expresión aparece la palabra “ruin” en lugar de “rey”, para designar a las personas de mal comportamiento que suelen aparecer cuando menos se las espera y normalmente de forma sigilosa para sorprender a los demás. Con el paso del tiempo el léxico popular modificaría la frase, sustituyendo “ruin” por “rey”. Se desconoce, en el origen de la frase, a que personaje se refería la palabra "ruin de Roma", dando por sentado que debería aludir a cierto sujeto innominado cuya mala fama se habría extendido por todo el Imperio romano.

HABLAR PARA EL CUELLO DE LA CAMISA:
Se utiliza este dicho, de no frecuente uso, para referirse a la persona que habla en voz muy baja y con la cabeza agachada, de forma que sólo el cuello de la camisa, la parte más cercana a sus labios, podría escuchar lo que está diciendo. Este modismo se utiliza normalmente en el contexto escolar, bien para expresar la timidez de un alumno en un examen o para poner de relieve la inseguridad de un estudiante cuando está dando una respuesta en cualquier otra situación del ámbito escolar.

HACER DE ABOGADO DEL DIABLO:
Esta frase fue utilizada por primera vez en el año 1587 por Sixto V para gestionar causas de beatificación y canonización. Aunque el título oficial era el de promotor de la fe, su función consistía en objetar y argumentar por escrito contra las pruebas aportadas a favor de beatificar o canonizar a una persona. La supresión de la figura del abogado del diablo fue en el año 1983.

HACER EL AGOSTO:
Se emplea esta expresión para indicar que se ha conseguido ganar una buena cantidad de dinero en poco tiempo y de forma muy fácil, a veces inesperadamente o gracias a una circunstancia ajena al trabajo. Esta expresión puede tener su origen en la antigua costumbre de celebrar numerosas ferias de ganado en el mes de agosto, fundamentalmente en la Castilla medieval. Los feriantes salían con sus productos y hacían el agosto, es decir, iban de pueblo en pueblo comprando y vendiendo mercancía, para después regresar a casa. Otro posible origen, muy relacionado con el anterior, es que agosto es el mes de la vendimia y de la cosecha, es decir, mes de la recogida de la uva, de los cereales y otros productos agrícolas, de forma que es el mes en el que se recoge una gran producción. En nuestros tiempos agosto, es el mes vacacional por excelencia, aunque, contrariamente al significado de la expresión, sólo es en los lugares de vacaciones donde se puede “hacer el agosto”.

HACER LAS AMERICAS:
Aplícase a los trabajos duros y desagradables pero de los cuales se obtiene gran beneficio. Concretamente, solía aplicarse a los españoles que cruzaban el “charco”, el Atlántico, en busca de prosperidad. Hoy se refiere a los artistas y toreros de España que viajan hacia América en busca de éxito y popularidad. Desde los orígenes de las primeras emigraciones de España hacia América este dicho no ha cambiado mucho. A partir de 1492 los españoles concibieron la idea de que las tierras de América o las Indias Occidentales eran abundantes y fértiles y en ellas se podía alcanzar la fortuna. Los que embarcaron con Colón y en los viajes sucesivos eran gente desafortunada, presidiarios que huían de la justicia y personas con ansias de riqueza. La travesía era tan incierta y peligrosa que sólo los que no tenían nada que perder se embarcaban en la aventura. La idea recurrente era regresar a España enriquecido, aunque no siempre se alcanzaba tal meta. “Hacer las Américas”, hoy, mantiene ese carácter lucrativo de ir a la búsqueda figurada del oro.

HACER MUTIS POR EL FORO:
Esta locución procede del mundo teatral y coloquialmente se refiere, en la vida real, a quien abandona una actividad o profesión en silencio y sin que nadie se aperciba de tal acto. Literalmente, por proceder del léxico teatral, hace mención a quien abandona el escenario en un momento determinado de la obra y también, aunque con menos frecuencia, a los actores que permanecen en silencio en escena. Existe la variante conocida como “medio mutis”, referida a quien abandona la escena para volver al poco rato. En su origen la palabra “mutis” procede del verbo latino “mutare”, moverse de un lugar a otro. “Foro” (del latino “forum”) es la parte del escenario o del decorado teatral opuesta a la embocadura y más distante de ella, desde cuyo hueco se ve la totalidad del escenario. Es por este hueco por el que abandonan la escena los actores en la acción teatral. Y a ello se refiere el sentido original de esta locución.

ENTRE PITOS Y FLAUTAS:
Popular locución española que viene a significar “entre unas cosas y otras”. Suele también utilizarse en la forma “por pitos y flautas”, o sea, por un motivo o por otro. Igualmente, con el término “pito” se construyen otros modismos, tales como : “¿qué pito toca?” o su variante de interrogación retórica en sentido negativo (¿toca algún pito?, no sé que pito toca). “Tomar por el pito del sereno”, en el sentido de tratar a una persona con poca o ninguna consideración. “Importar un pito (o tres)” coloquialmente utilizado en el sentido de “nada”.

ERES MI MEDIA NARANJA:
Contaba Aristófanes que, en un principio, la raza humana era casi perfecta. Los seres eran esféricos como naranjas; tenían dos caras opuestas sobre una misma cabeza, cuatro brazos y cuatro piernas que utilizaban para desplazarse rodando. Estos seres podían ser de tres clases: uno, compuesto de hombre + hombre, otro de mujer + mujer y un tercero (el 'andrógino'), de hombre + mujer. Su vanidad les llevó a enfrentarse a los dioses creyéndose semejantes a ellos. Zeus los castigó partiéndolos por la mitad con el rayo; y mandó a Hermes que a cada uno le atara la carne sobrante en torno al ombligo. Ya repuestos, los seres andaban tristes buscando siempre a su otra mitad, y si alguna vez llegaban a encontrarse con ella, se enlazaban con sus brazos hasta dejarse morir de inanición. Zeus, compadecido por la estirpe humana, ordenó a Hermes que les girase la cara hacia el mismo lado donde tenían el sexo: de este modo, cada vez que uno de estos seres encontrara a su otra mitad, de esa unión pudiera obtener placer y si además se trataba de un ser andrógino pudieran tener descendencia. Desde entonces los seres humanos nos vemos condenados a buscar entre nuestros semejantes a nuestra media naranja con la que unirnos en abrazos que nos hagan más "completos". Sin embargo, Zeus amenazó con cortarnos de nuevo en dos mitades -para que, así, caminemos dando saltos sobre una sola pierna-, en caso de que la raza humana no aprenda a respetar sus propios límites y a superar su peligrosa arrogancia.

ERRE QUE ERRE:
Con esta expresión coloquial, de muy frecuente uso en nuestro idioma, se expresa la actitud obstinada de una persona de perseverar en un determinado empeño. Su origen no está documentado, aunque se piensa que puede provenir de la dificultad con la que a menudo tropiezan los niños que comienzan a decir sus primeras palabras, y muy especialmente los habitantes de otros países no hispanos que aprenden nuestra lengua, para pronunciar correctamente el sonido de la “erre” castellana, que sólo se consigue con mucha perseverancia y práctica fonética.

ESTAR A DOS VELAS:
Son muchas las explicaciones que se le dan a esta frase. Se oye decir que es un símil marinero que como "A todo trapo" o “A palo seco" ha calado en el lenguaje, significando en este caso que la embarcación navega tan solo con dos velas y no utiliza la totalidad de sus recursos. Pero no parece convincente. También se dice que procede del gesto que se hace para demostrar que no se tiene dinero y que consiste en meter las manos en los bolsillos y estirar de los forros hacia fuera volviéndolos del revés. Por la forma triangular que presentan y por el color blanco se les compararía con las velas de una embarcación. Explicación más graciosa pero no por ello más convincente. A mi entender, la correcta ha de ser una de las siguientes explicaciones: Sbarbi, en su “Gran diccionario de refranes de la lengua española” sugiere que la frase hace referencia a la costumbre de dejar encendidas dos velas en la iglesia delante del sagrario tras finalizar los servicios religiosos. Y comoquiera que proporcionan una escasa luminosidad, se ha dado en comparar la soledad y tristeza que transmiten con el ánimo del que anda escaso de dinero. No convence tal explicación a José María Iribarren que, en “El porqué de los dichos”, afirma que es muy posible que aluda al juego y al hecho de que antiguamente en las timbas de naipes, el que hacía de banca tenía una vela a cada lado para poder contar el dinero. En tal caso "dejarle a dos velas" significaría dejarle sin dinero, en bancarrota. La tercera en discordia nos la proporciona Gregorio Doval en su “Del hecho al dicho”, que relaciona las velas con los mocos de los niños. De los niños muy mocosos se dice que "están con las velas colgando" -quizás por su color cerúleo, quizás por que los mueve el viento-, niños solos o abandonados que por no tener, no tienen ni quien les limpie los mocos. A este claro ejemplo de pobreza y desamparo habría que añadir el hecho de que la frase "estar a dos velas" suele ir acompañada del gesto de pasar los dedos índice y corazón de arriba a abajo, uno por cada lado de la nariz.

ESTAR AL LORO:
La expresión “estar al loro”, como otras tantas nuevas expresiones, proviene de la jerga juvenil y significa ‘tener cuidado, precaución’. Asimismo puede aplicársele el significado de ‘estar atento a las noticias y enterado, puesto al día, de las modas y tendencias’. Este moderno modismo se ha popularizado de tal manera que, en ocasiones, suele utilizarse sin la expresión del verbo, en la forma simple de “al loro”.

ESTAR AL PIE DEL CAÑÓN:
Se utiliza esta frase hecha para indicar que una persona permanece en actitud firme ante una situación comprometida, difícil o penosa, cuando todos los demás han abandonado. La frase tiene su origen en el ámbito militar y hace alusión a los soldados de infantería que tienen a su cargo, no sólo cargar y disparar el cañón, sino aguantar el fuego enemigo, cuando es uno de los lugares más peligrosos en el frente porque es fácilmente identificable. El origen de este modismo pudiera enlazar con la gesta de Agustina Zaragoza, la heroína del sitio de la ciudad del mismo nombre durante la Guerra de Independencia española contra los franceses. Agustina tomo la decisión de permanecer junto a un cañón cuyos servidores habían caído en combate y, ocupando su lugar, disparó la pieza contra el enemigo. Su gesto simbólico y valiente no sólo ha pasado a los anales de la Historia de España sino que, posiblemente, diera lugar al nacimiento de este modismo que significa resistencia y heroicidad ante una situación límite.

ESTAR COMO UN RELOJ:
Esta frase hecha se utiliza para expresar que una persona se encuentra físicamente bien, que goza de buena salud y normalmente se suele emplear para referirse a una persona de avanzada edad o una persona que ha sufrido una enfermedad o que ha sido operada pero que ha recuperado totalmente la salud. El reloj está considerado como paradigma de exactitud y buen funcionamiento y en este caso sirve como indicador de salud, de excelente conservación del organismo humano.

ESTAR EN BABIA:
Durante la Edad Media abundaba la caza en una pequeña localidad leonesa, conocida entonces y ahora con el nombre de Babia, a la que los reyes de León la eligieron como lugar de reposo para alejarse de los problemas de la corte, complicada con las intrigas palaciegas de los nobles de la época,que estaban empeñados en instaurar un régimen feudal semejante al de la Europa septentrional. Los reyes aprovechaban las bondades del lugar para distraerse de las tareas concernientes a su ejercicio del poder. Estas ausencias del rey motivaban a menudo la inquietud de los súbditos a quienes, cuando preguntaban por él, se les respondía evasivamente que el rey estaba en Babia. La expresión se hizo coloquial y pasó al lenguaje común para significar toda disposición de ánimo desentendida, de propósito o involuntariamente, ante cualquier tarea apremiante. Hoy en día se utiliza específicamente para hacer referencia a toda persona distraída o que parece ausente en el momento en el que más se necesita de su concentración.

ESTAR EN LA INOPIA:
Se utiliza esta expresión popular, hoy caída en desuso, para indicar que una persona tiene la mente en otro lugar, que no se entera de lo que sucede a su alrededor y que los demás parecen saber. “Inopia” es un término que significa literalmente ‘pobreza’ (procede del latín “in” (‘no’) y de “opiam” (‘riqueza’)) y originariamente se refería al pobre, al que vivía al margen de la sociedad o apartado del mundo. Miguel Delibes, en “Cinco horas con Mario”, pág.56 hace decir a uno de los personajes de la novela : “De no ser por Elvira, yo en la inopia, fíjate, pero es que ni idea”.

ESTAR SIN BLANCA:
La expresión popular "estoy sin blanca" que se utiliza en el lenguaje coloquial para expresar que no se lleva dinero encima o se anda escaso del mismo, procede de una moneda llamada Blanca del Agnus Dei acuñada en el año 1386 durante el reinado de Juan di de Castilla y León con motivo de las guerras contra el Duque de Lancaster. La moneda era de plata y cobre aunque de aspecto blanquecino. Con el tiempo, la moneda fue devaluándose acuñándose toda de cobre, siendo muy poco su valor.

DORMIR A PIERNA SUELTA:
Esta frase hecha se utiliza para expresar que se duerme profundamente, libre de toda preocupación o desasosiego. No hay certeza documentada acerca del origen de esta expresión, si bien se supone que procede del lenguaje carcelario, ya que los presos, en otros tiempos menos civilizados (y aún hoy en algunos países oprimidos), solían dormir habitualmente enganchados unos a otros por las piernas o atados en los tobillos por pesadas bolas de hierro o grilletes.

DORMIRSE EN LOS LAURELES:
En Roma, cuando se coronaba a un general, pretor o cónsul tras una victoria se le festejaba un Triunfo. Como símbolo de gloria se le colocaban guirnaldas de laureles. Sin embargo, éstos debían agachar levemente su cabeza, por lo que daba la impresión de estar descansando sobre los laureles de la gloria.

DURAR MÁS QUE LAS OBRAS DEL ESCORIAL:
Esta expresión es una comparación ponderativa que se trae a cuento para referirse a algo, sea lo que fuere, cuya ejecución se alarga excesivamente. Expresiones similares son: “durar más que la Basílica del Pilar” o “ser más largo que la Muralla China”. Como se ve, se hace la comparación justamente con obras monumentales que se mantienen firmes a pesar del tiempo de su construcción y de la duración de las obras. En cada lugar hay análogas expresiones siempre referidas al paso del tiempo y su relación con algún monumento antiguo, si bien también se emplea la expresión en el sentido de demora en la ejecución de una obra o de una actuación pública. Es el caso de la ciudad de Córdoba, la española, en el que la expresión se convierte en “durar más que las obras del murallón”, muro de contención del río Guadalquivir a su paso por Córdoba que comenzó a construirse en tiempos de Carlos III, para evitar las inundaciones, y cuya ejecución terminó en 1.964.

DURO DE MOLLERA:
Paradójicamente esta expresión ha cambiado, en el transcurso del tiempo, su significado original para dar a entender lo opuesto a lo que representaba, que ahora es “cabezota” o “de torpe entendimiento”. La procedencia de la metáfora está en el concepto de la mollera de los bebés, que es muy blanda y sensible hasta que se endurece conforme el niño va creciendo. Así, las personas mayores ya tienen cerrada la mollera. Esto explica por qué, antiguamente, el dicho “duro de mollera” equivalía a ser sesudo y tener sensatez y cordura. No obstante, hoy se emplea el término para referirse al que es torpe para comprender cosas o es tozudo y no atiende a razones.

¡ECHALE GUINDAS AL PAVO!:
Expresión exclamativa que se suele utilizar en España ante el asombro que produce una acción, ante una extrema dificultad o ante cualquier asunto de complicada resolución. La expresión se hizo popular en los años treinta y cuarenta del pasado siglo merced a una canción con el mismo título que interpretaba la actriz Imperio Argentina en la película dirigida por Florián Rey titulada “Morena clara”. Según ciertos filólogos el dicho original es “¡échale guindas a la Tarasca y verás como las masca!”, en referencia a este personaje de la mitología popular, la Tarasca, un espantajo de tela y cartón en forma de serpiente que aún todavía se saca a la calle en Granada y en otros pueblos españoles con ocasión de la festividad del Corpus Christi. En la mitología europea la Tarasca es un personaje legendario de los bosques de Galicia y de Francia. La técnica de construcción del engendro se perfeccionó al conseguir que abriera la boca a la que los niños le echaban guindas y los hombres que la portaban hacían ver que realmente las masticaba y las comía.

EL CUENTO DE NUNCA ACABAR:
Este modismo proviene de la tradición de los llamados “cuentos de la buena pipa” y en otros lugares, concretamente en Andalucía, del llamado “cuento de la haba que nunca se acaba”. En todos estos tradicionales cuentos comienzan unos relatos que parece ser prometedores y que acaban siendo repetitivos, interminables y aburridos. Cuentos en lo que no se cuenta nada y que se agotan en sí mismos como recurso expresivo. Es la razón por la que se usa este modismo para aludir a un asunto cuya solución no parece tener fin por una serie indefinida de demoras en cuanto a su conclusión definitiva.

EL PERRO DEL HORTELANO:
Esta expresión tan popular suele aplicarse a quienes no aprovechándose de las cosas impiden al mismo tiempo que otros se aprovechen de ellas. Hace alusión a los perros de los hortelanos que desprecian los frutos de un huerto y además los protegen. La forma original, rimada y completa de este modismo es : “el perro del hortelano, que ni come las coles, ni deja que se las coma el amo”. Obviamente, el perro no suele comer coles ni otros frutos de la huerta, de manera que el origen de esta frase parte de un pensamiento falso vulgarizado.

EL QUE SE FUE A SEVILLA PERDIO SU SILLA:
Durante el reinado en Castilla de Enrique IV de Trastámara, un sobrino de don Alonso de Fonseca -arzobispo de Sevilla- fue a su vez designado arzobispo de Santiago de Compostela, pero suponiendo el tío que, a causa de las revueltas que agitaban Galicia, a su sobrino le costaría tomar posesión de su cargo, se ofreció para adelantarse a Santiago con el objeto de allanarle las dificultades. A cambio, le pidió a su sobrino que lo reemplazase en los negocios de su sede en Sevilla. Así se hizo y con los mejores logros, de manera que una vez que don Alonso, concluida la gestión, regresó a Sevilla, se halló con la desagradable sorpresa de que su sobrino se resistía a abandonar la sede arzobispal, alegando que el arreglo había sido permanente. Para reconducir el litigio se hizo necesaria la intervención del Papa y hasta la del propio rey Enrique. El joven, una vez que viajó a Santiago acabó siendo preso y sentenciado a cinco años de condena por otros delitos, pero su carrera continuó y llegó a ocupar los más altos cargos eclesiásticos hasta ceder la sede compostelana a su propio hijo. De aquel suceso, muy comentado en su tiempo, nació el dicho que seguramente en su origen debió ser : “ El que se fue de Sevilla, perdió su silla” y no como aún hoy lo conocemos, “El que se fue a Sevilla, perdió su silla” .

EL TALÓN DE AQUILES:
Aquiles, el héroe de la Ilíada, no podía ser herido más que en una parte de su cuerpo: el talón. Cuando era niño, según la leyenda, su madre Thetis lo sumergió en el Estigia, uno de los ríos que circundan el infierno. Quien se bañaba en él se volvía invulnerable. Pero el talón del que la madre lo sostenía no fue mojado por las aguas mágicas. Por eso murió en el sitio de Trova: una flecha envenenada le dio justamente en el talón. La frase alude hoy a los aspectos más débiles y más expuestos de un individuo. Si sucumbe con facilidad a los flechazos del halago o de una tentación determinada, decimos que esas "zonas erróneas” son su talón de Aquiles.

EMPEZAR CON EL PIE DERECHO:
En los rituales paganos, al subir el altar era norma dar el primer paso largo y con la pierna derecha. Esto significaba un buen augurio y marcaba que los Dioses estarían a favor de los concurrentes.

DE CAPA CAIDA:
Según el Diccionario de la Real Academia Española la expresión “ir de capa caída” es sinónimo de “padecer una sensible decadencia material o moral”. La citada expresión se aplica también a los objetos cuando van “cayendo en desuso”, cuando están pasados de moda o cuando una epidemia “pierde intensidad”. Con relación al origen de esta locución, la opinión más extendida es la que se refiere a la capa de hojas de los árboles, que al caerse lo dejan desnudo. Aunque resulta más creible la conjetura de que proviene del modismo francés “chape chute”, del siglo XII, que en un principio significaba “cosa provechosa”. Dicha expresión cambió en el siglo XVII, cuando “chercher chape chute” equivalía a “buscar mala ventura”.

DE LA CECA A LA MECA:
Es una locución referida al dinero que se va con facilidad en operaciones dudosas, aunque en su uso coloquial en el idioma castellano se refiere a las idas y venidas de las personas que van de un lugar a otro con un fin o sin un fin determinado (“andar de la ceca a la meca”). Se trata, en su origen, de una expresión xenófoba y antimorisca que revelaba el temor de los cristianos españoles de que los moriscos, cuando fueron expulsados del país, escondieran el dinero del reino, haciendo pasar monedas falsas por doblones castellanos. Los mitos sobre tesoros y monedas enterradas por los moriscos son abundantes en la literatura española del Siglo de Oro, desde Cervantes a Lope de Vega. Etimológicamente “ceca” proviene del árabe “sákka”, casa donde se elabora la moneda. “Meca” proviene del árabe “mákka” y significa “lugar que atrae por ser centro de una actividad determinada".

DE PÉ A PÁ / NI FÚ NI FÁ:
"De pe a pa" es una locución existente desde antiguo en nuestra lengua castellana. En el acto XVIII de la Celestina (1499) el rufián Centurio dice lo siguiente: "Yo te juro por el sancto martilogio, de pe a pa, el braço me tiembla de lo que por ella entiendo hazer, que contino pienso cómo la tenga contenta y jamás acierto". Fue recogida también por Gonzalo de Correas en su "Vocabulario de refranes" con el significado: "decir las cosas claras", aunque su sentido actual es "del principio hasta el final". Hay dudas sobre su origen y aunque algunos han intentado dar explicaciones inverosímiles sustentando sus raíces en el vasco o en el hebreo, parece tratarse simplemente de una locución creada por el simple placer de la similitud o el sonsonete, similar, por tanto, a muchas otras que existen en nuestro idioma y en todas las lenguas. Lo mismo es aplicable a la frase "ni fu ni fa", cuya creación debe ser más reciente y cuyo significado tanto puede ser "ni una cosa ni la otra", como "nada de nada", si bien pudiera interpretarse como analogía de otras locuciones, tales como "Ni chicha ni limoná" o "Ni carne ni pescado".

DE PUNTA EN BLANCO:
En los ejercicios para combate, los caballeros medievales empleaban armas de hierro ordinario que carecían de filo y llevaban en la punta un botón, como los floretes con que se aprende esgrima. Recibían el nombre de armas negras, en oposición a las que se usaban en los torneos, que eran de acero filoso y tenían el extremo afilado o, como se decía entonces, la punta en blanco. En esas lizas, los contendientes se presentaban ante el árbitro o maestro de armas acompañados de sus escuderos, quienes portaban los yelmos con sus penachos y los respectivos escudos. La gran pompa de esta ceremonia con música de fanfarrias y el espectáculo de las armaduras relucientes y los estandartes al viento quedaron asociados a la frase "estar de punta en blanco", que tomó el sentido de mostrarse con las mejores galas. Pasaron los tiempos feudales, pero el dicho subsiste. Sólo que ahora se aplica a cualquiera que luce impecablemente desde el peinado hasta los pies. Vestido de punta en blanco. Como para un torneo... de elegancia.

DEFENDER A CAPA Y ESPADA:
Se utiliza esta expresión cuando se trata de defender una idea, una opinión o a una persona con absoluta determinación, considerando la legitimidad y justicia de tan firme defensa. La expresión puede tener su origen en el tradicional concepto del honor (que tanto aparece en el teatro clásico español), honor cuya defensa era encomendada a los caballeros (quienes vestían la tradicional indumentaria de la capa española) mediante el uso de la espada, símbolo de poder y de hombría. Las obras dramáticas que utilizan este recurso son denominadas de capa y espada.

DEJAR EN LA ESTACADA:
La "estacada" era el campo de batalla contruido con estacas donde se celebraban los desfiles solemnes, los torneos y demás competiciones entre caballeros. De ahí se llamó figuradamente "quedarse en la estacada" a ser vencido en una disputa o perder en una determinada empresa; y "dejar a alquien en la estacada" a abandonarle en un momento delicado o peligroso.

DEL TIEMPO DE MARICASTAÑA:
No hay constancia histórica de la existencia de este personaje, como tampoco se conoce el motivo por el cual se le asocia con épocas remotas. Aunque en Galicia es muy popular la leyenda de una tal Maricastaña, habitante de la provincia de Lugo, la cual, junto con su marido y hermanos, encabezó un partido de extracción popular que se oponía al pago de los tributos exigidos abusivamente por el obispo de la diócesis lucense. Incluso se afirma que habría sido ella misma la que ordenó matar -como represalia- al mayordomo del prelado. La fama de esta mujer se cimentaba no tanto en sus principios morales y actitudes de arrojo, cuanto en su aspecto muy varonil. También hay quienes afirman que el personaje Maricastaña no es real sino mitológico y pertenecería a la leyenda celta, a través del cuento "La batalla de los pájaros", cuyo personaje central es una tal Auburn Mary (traducible como María de color castaño). De todas formas, real o inventada, esta mujer forma parte del léxico de la mayoría de los hispanohablantes en el dicho “del tiempo de Maricastaña”, para hacer alusión a algo o alguien que hace mucho tiempo que está en este mundo.

DESCRUBRIR EL PASTEL:
Se utiliza para expresar que una cosa que se procuraba mantener oculta salía a la luz. Para averiguar el origen del dicho, hay que tener en cuenta la definición de pastel: "masa de harina y manteca en la que ordinariamente se envuelve crema o dulce". Antiguamente, también se llamaba pastel a una empanadilla cuadrada rellena de carne picada o pistada. Pero no siempre era éste su contenido, ya que los pasteleros llevaban fama de adulterarlo, según constata Sebastián de Covarrubias en su obra Tesoro (1611). De este modo, descubrir el pastel podía aludir a verificar si éste tenía o no el relleno esperado. El origen de la expresión también podría estar relacionado con los naipes, ya que el vocablo pastel define "una fullería en el juego que consiste en barajar y disponer los naipes de modo que se tome el que los reparte lo principal del juego o se le dé a otro su parcial".

DESPACITO Y CON BUENA LETRA:
Para los que ya somos bastante mayores la experiencia de la caligrafía en la escuela fue, más que una labor cuidadosa, la necesidad de no errar al escribir con aquellas viejas plumas que se mojaban en el tintero y que al menor descuido proporcionaban un borrón del que habría de hacer, como dice otro modismo castellano, cuenta nueva de lo escrito. A ello está referido en cierto modo este modismo : sirve para indicar que algo se ha de hacer con sumo cuidado y atención, como la cuidadosa letra con la que hacíamos, en otro tiempo, nuestras labores escolares. Su origen se remonta, por supuesto, al arte de la caligrafía en el que se trabajaba lentamente, con mucha atención y cuidado, ya que no existían más medios para corregir los errores que romper la cuartilla y empezar de nuevo.

DONDE CRISTO DIO LAS TRES VOCES:
Dicho de origen cristiano, todavía de muy frecuente uso en el sur de España y que hace referencia a un lugar apartado y lejano. Su origen : la cita evangélica de cuando Cristo se retiró al desierto, antes de iniciar su vida pública, para hacer ayuno y penitencia. Tras cuarenta días y cuarenta noches de ayuno tuvo que soportar, con éxito, las tres tentaciones de las que hablan los evangelistas y esas son las “tres voces” o contestaciones de rechazo a Satanás a las que alude el dicho, que en otra forma más desusada dice “Donde Cristo perdió las alpargatas”, con el mismo significado de alusión a lujar lejano y apartado. Otra versión, macarra e irreverente de estos tiempos ha vulgarizado el dicho en la forma “Donde Cristo perdió el mechero”.

CUATRO OJOS VEN MAS QUE DOS:
Afirmación que se expresa para señalar la importancia de aceptar ayuda, para realizar algún propósito. Esta frase suele aplicarse, durante el transcurso de una conversación, en la que uno de los presentes explica alguna situación de dificultad, por lo general referido a alguna búsqueda. A lo que otro de ellos le responde con dicha frase, tratando de decirle que pidiendo ayuda, entre todos resultará más fácil realizar la labor. Su uso más frecuente va vinculado a la búsqueda mediante la vista, y menos específicamente a cualquier otra percepción, y por extensión, no solo se reduce a lo anterior, sino también a otras cuestiones donde se realiza una labor individual y por cuyo modo de proceder se le reprocha que si pide ayuda no se le niega, y la labor entonces se presta a mayores facilidades.

DAR CARTA BLANCA:
La expresión dar a alguien carta blanca significa ‘”autorización plena que se le concede a una persona para actuar en un determinado asunto según su propio criterio”. La expresión podría provenir del mundo de los juegos de naipes en muchos de los cuales la carta blanca es el comodín que puede utilizarse en lugar de cualquiera de las otras, si bien no se descarta su procedencia de la actividad del espionaje y de la intriga entre países, que, en otros tiempos, solían disponer de agentes especiales que necesitaban autorizaciones para llevar a cabo determinadas acciones, autorizaciones que podían ser salvoconductos para pasar a otro país en circunstancias peligrosas. Con el término “carta” se construyen otros modismos, como “a carta cabal”, que denota cualidad moral positiva y que puede entenderse en el sentido “de manera intachable ; “a la carta”, para ser servido a gusto del interesado, como la carta de los restaurantes ; “carta abierta”, sinónimo de artículo periodístico redactado en forma de carta personal, de carácter polémico ; “carta de naturaleza”, que alude a pertenencia reconocida a una entidad o a un ámbito que no son los naturales.

DAR EL BRAZO A TORCER:
Esta expresión, que suele ser utilizada coloquialmente en sentido negativo (NO dar el brazo a torcer), significa 'rendirse, desistir de un dictamen o propósito determinado'. Su origen no es demasiado rebuscado. Alude al popular juego del “pulso”, en el que dos contendientes, apoyando uno de sus codos respectivos sobre la superficie de una mesa, se agarran la mano y luchan por doblar el antebrazo del contrario hasta lograr torcerlo, rendirlo.

DAR EL DO DE PECHO:
En sentido figurado este modismo significa “rozar la perfección el comportamiento de un ser humano en determinados actos”, como también el “máximo esfuerzo de que es capaz una persona”. Proviene el modismo del mundo del “bel canto”. El “do de pecho” es la nota más aguda que puede lograr un tenor. Dicha nota se considera que es emitida desde el fondo de la caja torácica, a diferencia de la nota nasal y del falsete, que se produce haciendo vibrar las cuerdas superiores de la laringe. Según leemos en la página “1de3” fue el tenor italiano Enrique Tamberlik (1868 y en “Il trovattore”) el primero en conseguirlo, convirtiendo un sol en un do.

DAR ESQUINAZO:
El significado literal de esta expresión popular es “dejar plantada a una persona, abandonarla”. En su sentido original la frase correcta se acostumbraba a emplear en la forma “dar cantonada”, expresión que todavía suele ser utilizada en numerosos pueblos de la Comunidad de Aragón así como en algunos países de América del Sur y recogida como tal por el propio DRAE. “Cantonada” es sinónimo de esquina o cantón, y dar cantonada equivalía a “burlar a una persona a la vuelta de la esquina”, bien huyendo de ella, bien dejándola plantada.

DAR GATO POR LIEBRE:
Si hay algo que ha mantenido la tradición con el paso de los siglos, es, sin duda, la mala fama de las posadas, hosterías y fondas, respecto de la calidad de sus comidas. La literatura universal está llena de alusiones, muchas de ellas irónicas, acerca del valor de los alimentos ofrecidos en ellas. Y era tanto el descrédito de estos lugares, que llegó a hacerse usual entre los comensales la práctica de un conjuro, previo a la degustación, en el que aquellos, parados frente a la carne recién asada, recitaban: Si eres cabrito, manténte frito; si eres gato, salta al plato. Por supuesto, este "exorcismo" nunca sirvió para demostrar la veracidad de la fama de la posada, pero dio origen a la expresión “dar gato por liebre”, que con el tiempo se incorporó al lenguaje popular como equivalente de engaño malicioso por el que se da alguna cosa de inferior calidad, bajo la apariencia de legitimidad.

DAR LA CAMPANADA:
Expresión que se liga a otra locución como es “hacer una que sea sonada” y cuyo significado es amenazar con un gran escarmiento o castigo, así como realizar una acción sorprendente y épica, de enorme repercusión popular. El origen de la frase se debe a la falsa leyenda que cuenta como Ramiro II de Aragón, conocido con el sobrenombre de “El Monje” (cuando falleció su hermano Alfonso I sin descendencia, era monje del monasterio de San Ponce de Forneras, en el Languedoc), fue llamado a sucederle, lo que disgustó a los nobles, que le llamaban despectivamente el rey Cogulla. Viendo peligrar su reinado pidió asesoramiento a su antiguo abad, el cual, por todo consejo, cortó todas las plantas que sobresalían de las demás en el jardín del monasterio. A su regreso, Ramiro II ordenó decapitar a todos los nobles rebeldes y colocó sus cabezas en forma de campana para que su visión sonara como advertencia y castigo en todo el reino.

DAR LA NOTA:
Dícese “dar la nota” de la persona que llama la atención por lo inadecuado de su comportamiento. En torno al término nota se construyen varios tipos de frases hechas. A saber : -Poner la nota discordante, sinónimo de romper la armonía en un conjunto. -De mala nota. Referido a casa, mujer u hombre de mala fama. - De nota. Personalmente notable y destacado. -De primera nota, referido a calidad y categoría. -Exagerar la nota, en el sentido literal del verbo. -Quedarse nota (poco usual) homólogo de quedarse pasmado ye stupefacto.

DAR PALOS DE CIEGO:
Con esta expresión se alude a la “actuación titubeante y desorientada que no logra alcanzar los fines perseguidos”. Su origen se remonta a ciertos juegos consistentes en privar momentáneamente de la visión a los participantes, como el célebre juego de la piñata. El ciego ocasional, con los ojos vendados y armado de un palo, tenía que romper una vasija de barro pendiente de una cuerda y cuyo contenido era el objeto del juego. Cuando lograba alcanzarla, la vasija derramaba su contenido, consistente por lo general en agua o golosinas.

DAR UN SOPONCIO:
El término "soponcio" significa ‘sofoco, disgusto’ y, por extensión, la frase "dar un soponcio" se aplica a una alteración de la salud del cuerpo de tal calibre que puede llegar a producir un colapso. El término “soponcio” se emplea desde 1739, citado en la conocida obra de Corominas “Breve diccionario etimológico de la lengua castellana” (1987). El origen del término es incierto, aunque podría derivar del cruce de dos palabras: “sopetón” (‘golpe brusco’) y de la voz de origen salmantino”arreponcio” (‘ataque de un mal’).

Gracias al blog de Petty.